Los países del G20 se han fijado como objetivo impulsar el crecimiento en un 2% más en cinco años y prometió que sus bancos centrales seguirán comunicando "con claridad" acerca de sus políticas monetarias.
Para aumentar dos puntos el crecimiento con respecto a la tendencia actual, los países se comprometen a "desarrollar políticas ambiciosas a la par que realistas", indicaron los miembros del G20 en el comunicado final de su cita en Sídney.
Los bancos centrales seguirán "comunicando con claridad" y estarán atentos a los "impactos" de sus políticas en la economía mundial".
El G20 lamentó "profundamente" que las reformas de las cuotas y la gobernanza del Fondo Monetario Internacional (FMI) decididas en 2010 sigan sin materializarse.
Precisamente los países del G20 se comprometieron con un crecimiento mundial robusto, enviaron un mensaje de tranquilidad a los países emergentes y estrecharon su cooperación contra la evasión fiscal, al concluir su reunión del fin de semana en Sídney.
El foro de las veinte principales economías desarrolladas y emergentes del planeta no hizo, sin embargo, mención alguna a Ucrania en su comunicado final, por no haber consenso.
Los países miembros del foro, que representan el 85% de la economía mundial, se han fijado como objetivo aumentar el crecimiento en dos puntos adicionales de aquí a 2018, "desarrollando políticas ambiciosas pero realistas".
Este objetivo "representa más de 2 billones de dólares en términos reales, y permitirá crear numerosos empleos", destacaron los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales al término de la reunión, que sirve para preparar la cumbre de jefes de Estado prevista en noviembre en Brisbane, en el este de Australia.
En un gesto en favor de los países emergentes, inquietos por el reflujo de capitales que está provocando la retirada de estímulos económicos en Estados Unidos, los bancos centrales del G20 se comprometieron a "calibrar con atención y a comunicar claramente" sobre su política monetaria.
Los bancos centrales afirmaron que prestarán atención al impacto de sus decisiones en la economía mundial.
Y es que la reducción progresiva del programa de estímulo de la Reserva Federal norteamericana ha provocado una retirada de capitales de los países emergentes hacia Estados Unidos y otros países desarrollados. El fenómeno se ha traducido en fuertes devaluaciones de divisas como la lira turca, el real brasileño, la rupia india, el rand sudafricano o el rublo ruso.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, afirmó que en la reunión no hubo la tensión esperada entre países emergentes y desarrollados, gracias a la "buena cooperación propiciada por el encuentro".
Antes de la reunión, países como Brasil, Indonesia y Sudáfrica habían pedido a Estados Unidos que comunicara mejor sus planes de política monetaria, para evitar el desorden y la volatilidad observados los últimos meses en las economías emergentes.
El G20 dio por otro lado un paso más en el combate a la evasión fiscal, al aprobar la norma de intercambio automático de datos concebida por la OCDE y que más de 40 países se han comprometido a aplicar.
La norma "reforzará la cooperación fiscal internacional, pondrá a los gobiernos en un pie de igualdad cuando quieran proteger la integridad de su sistema de imposición y permitirá luchar contra la evasión fiscal", afirmó el secretario general de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría.
Esta norma va más allá de la cooperación basada en la buena voluntad de los países concernidos, y debe empezar a funcionar a fines de 2015.
En donde no hubo consenso fue en el tema de Ucrania, que no figura en el comunicado final.
No obstante, Estados Unidos y el FMI adelantaron que están dispuestos a ayudar a Kiev, donde el presidente Viktor Yanukovich fue destituido por el Parlamento en una frenética jornada./AFP