Por Alejandro Munévar
Enviado especial EL NUEVO SIGLO
PARÍS. La inclusión de deportes “urbanos” en el programa olímpico ha dado la posibilidad, primero de atraer nuevos públicos, pero también de conocer a cientos de jóvenes colombianos llenos de talentos que desde siempre han sabido representar al país, y que de no ser porque el deporte fue inscrito en las justas de verano no se hubieran conocido.
Este es el caso de Queen Saray Villegas, una joven bicicrosista que nació en Buga, Valle del Cauca y que montada en su bicicleta ha recorrido el mundo junto a su hermana gemela Liz Surley que también compite en el BMX Freestyle.
La llegada de Queen a los olímpicos fue muy cercano a lo que conocemos en el mundo del deporte como un repechaje, eso por supuesto no le resta valor o importancia a la clasificación, al contrario le da un tono más épico al relato que vamos a hacer a continuación.
Es probable que alguna vez usted haya escuchado historias del tipo: “El hermano de Ronaldinho era mejor que el propio Ronaldinho” en el caso de las hermanas Villegas algo así puede suceder, aunque la verdad no se sabe cual de las dos es mejor, porque siempre dan absolutamente todo por el país en cada una de sus presentaciones.
Lo cierto, es que Liz Surley la hermana de Queen al menos durante la temporada pasada tuvo mejores resultados, llegó a estar en el top 5 del tour mundial del BMX Freestyle, sin embargo una lesión la obligo a alejarse de las bielas un tiempo y fue allí en donde su hermana dio el paso adelante y tomo la batuta de Colombia de cara a los olímpicos.
Eso sí, hay que decir las cosas como son, Liz no ha dejado de acompañar a su hermana, en cada uno de sus viajes y entrenamientos se puede ver a las hermanas Villegas dándose apoyo, acompañándose, al final, esta historia tiene un elemento bellísimo que es la hermandad.
Queen absorbe todo el conocimiento que puede de su hermana, la escucha y entiende lo que quiere transmitirle y viceversa, Liz que seguramente pudo haber representado a Colombia en los Olímpicos, tomó de la mejor manera su lesión y entendió que la menos para Paris 2024 su cargo en estos olímpicos sería el de cuidar y apoyar a su hermana, pero bajándose de la bicicleta.
El día de la clasificación, Queen tenía clara una cosa, iba a cumplir con el plan que tenía en su cabeza, si lograba concretar los trucos en los tiempos precisos y sobre todo como los había practicado, sabía que tenía oportunidad de clasificarse a la final.
El resultado al menos de momento es promisorio, se clasificó sexta, hizo historia, pues nunca un deportista colombiano había logrado llegar a esa instancia. La final seguramente será a otro precio, pero por el momento tenemos la certeza de que Queen esta haciendo historia y quiere seguir haciéndolo.
QUEEN SARAY Villegas, brilla en el BMX Freestyle de los Juegos Olímpicos./COC
RECUADRO
En buenas manos
Hablar del futuro es incierto, especialmente en los deportes y ni qué decir de la natación una disciplina que si bien se mantiene en Colombia no ha logrado sobresalir a nivel internacional, sin embargo, el panorama para los próximos años parece prometedor.
Los nadadores colombianos que estuvieron en Paris 2024, Stefania Gómez y Anthony Rincón terminaron quintos en sus pruebas 100 metros pecho y 100 metros espalda respectivamente, si bien no parece un resultado prometedor, hay que ver y entender el contexto de la situación.
La natación en Colombia ha tenido algunos grandes momentos por ejemplo con Omar Pinzón, sin embargo, han sido más las sombras que las luces de este deporte, en ningún momento demeritamos lo realizado por los nadadores colombianos que día tras día luchan por consolidar el deporte, sin embargo, los resultados a nivel mundial u olímpicos no han llegado.
Parte del éxito de un deporte es el deportista, digo parte porque la parte dirigencial tiene que hacer su parte de la tarea, esforzarse en encontrar recursos suficientes para impulsar a los deportistas, brindarles la mejor preparación y sobre todo darles fogueo internacional para poderse medir con los mejores.
Pues bien, con Anthony Rincón tenemos no solamente el fogueo internacional asegurado, quizá más importante, la mentalidad de un ganador. “Yo no quiero ser campeón nacional de Colombia, yo quiero llegar a tener marcas suficientes para estar en mundiales en olímpicos, no me conformo con ser campeón nacional”.
Rincón, de padre colombiano ha sabido hacer una vida en los Estados Unidos, estudia neurociencias en la Universidad de Harvard, quiere ser médico y al mismo tiempo competir en el más alto nivel de la natación mundial.
La mentalidad que demuestra Rincón es propia de un atleta de élite, puede responder a no haber nacido en Colombia, también al ejemplo de su padre, quien como le contó Rincón a EL NUEVO SIGLO llegó sin nada a Estados Unidos, huérfano y cada cosa que se propuso lo logró.
Probablemente Rincón se canse de esperar apoyo de la federación o de ver que no se dan las condiciones suficientes para salir a competir como se debe y termine siendo un gran neurocirujano, pero al menos mientras él quiera seguir nadando por Colombia tengan la seguridad de que tenemos a un deportista que puede cambiar el rumbo de una disciplina que en Colombia no ha tenido ni el apoyo, ni la atención necesaria para surgir.