Charcos de agua altamente radioactiva fueron descubiertos cerca de los depósitos de líquido contaminado de la central nuclear japones accidentada de Fukushima, anunciaron la compañía eléctrica Tokyo Electric Power (Tepco) y la autoridad de regulación nuclear.
La radiactividad medida a unos 50 cm por encima de los charcos era de unos 100 milisieverts por hora, un nivel muy elevado que impide que los obreros se acerquen demasiado, precisaron las fuentes.
Un empleado de Tepco, el grupo que explotaba la central dañada por el tsunami del 11 de marzo de 2011, descubrió el lunes a las 09H50 (00H50 GMT) que se escapaba agua de una válvula y se habían formado unos charcos.
El agua proviene sin duda de uno de los numerosos depósitos de almacenamiento y el escape seguía la mañana del martes, según Tepco, y precisó que el agua contaminada no se había vertido al océano Pacífico.
Un muro de poca altura instalado en las inmediaciones de los depósitos de agua está previsto para contener el líquido en caso de escape. No obstante, pudieron quedar abiertas unas válvulas y el chorreo de agua radioactiva pudo desbordar esa pared y formar charcos en el exterior de este espacio cerrado.
La Autoridad de regulación nuclear situó este último incidente hasta la fecha a nivel uno de la escala internacional de acontecimientos nucleares (Ines, de 0 a 7), lo cual corresponde a una "anomalía", pero no se ha constatado cambio en las medidas de radiactividad a distancia de los charcos.
"Hemos ordenado a Tepco que localice el depósito que originó el escape para bloquearlo", indicó la autoridad.
Tepco empezó a bombear estos charcos a las 19h00 del lunes (10H00 GMT) a razón de un metro cúbico por hora.
La gestión del agua radioactiva (almacenada en cientos de cisternas enormes instaladas especialmente en distintos puntos del emplazamiento) constituye uno de los problemas más agudo que tiene que afrontar Tepco. Este líquido proviene en gran parte del sistema de enfriamiento indispensable de los reactores.
Agua altamente contaminada se acumuló además en subsuelo entre los reactores y el vecino océano Pacífico, donde una parte se vierte a un ritmo de 300 toneladas diarias. Tepco también está bombeando este líquido radioactivo subterráneo para intentar reducir los vertidos al mar que la compañía había negado inicialmente antes de rendirse a la evidencia.
Hace dos semanas, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, prometió que las autoridades se implicarían más en la gestión de esa agua contaminada.
Según el experto francés Jérôme Joly, subdirector general del Instituto Francés de Radioprotección y Seguridad Nacional (IRSN), el impacto medioambiental de estos escapes de agua contaminada son marginales respecto a la radiactividad total emitida en 2011 en el momento del accidente.
Desde marzo de 2011, Tepco se enfrenta a las consecuencias del accidente ocurrido en la central Fukushima Daiichi (a 220 km al noreste de Tokio), tras un violento sismo y un gigantesco tsunami./AFP