Varios barrios de Damasco y de Alepo, segunda ciudad del país, celebraban este viernes manifestaciones inéditas, uniéndose a las decenas de miles de personas que volvieron a pedir la caída del régimen, que seguía encarnizándose con la ciudad de Homs (centro).
Al grito de "¡Fuera!", dirigido al presidente Bashar al Asad, los manifestantes volvieron a desafiar la represión del régimen, calificada como "atroz" por le presidente francés, Nicolas Sarkozy, y por el primer ministro británico, David Cameron, y condenada en la víspera por la Asamblea General de la ONU.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el balance de este "viernes de la resistencia popular" fue de 27 "mártires" civiles muertos.
Dos de estos civiles, uno de ellos un niños, murieron al ser alcanzados por los disparos de las fuerzas de seguridad en el barrio de Mazze, en el oeste de la capital, según una ONG siria, que precisó que varias decenas de personas fueron también heridas.
"Es la primera vez que las manifestaciones se extienden a los barrios chics", aseguró a la AFP Moaz Chami, de los Comités Locales de Coordinación, que organizan la contestación en el terreno, sin más precisiones.
Relativamente poco afectada hasta ahora por la revuelta, la ciudad de Alepo (norte) también registró este viernes movilizaciones en al menos 12 de sus barrios, así como en el resto de esa provincia. "Libertad para todos, la quieras o no Bashar", gritaron los habitantes de la localidad de Kallassa.
"No cederemos ante los carros ni ante los cañones" y "nosotros tenemos el pueblo, ellos tienen el ejército", gritaron los opositores en Idleb, provincia del noroeste del país que vivió masivas protestas, al igual que en la provincia de Deraa (sur), donde una persona falleció por disparos.
Los opositores al régimen convocaron las manifestaciones alegando el "inicio de una nueva etapa" de su movimiento frente a la represión que provocó varios miles de muertos desde el inicio de la revuelta a mediados de marzo de 2011.
Trece de los civiles muertos este viernes fallecieron en el barrio de Baba Amr, en Homs (centro), donde las acciones militares gubernamentales se intensificaron.
"Se trata de los bombardeos más violentos en 14 días. Es increíble, es de una extrema violencia, nunca vimos algo semejante. Disparan un promedio de cuatro cohetes por minuto", afirmó por teléfono a la AFP desde la zona de los hechos Hadi Abdalá, miembro de la Comisión General de la Revolución Siria.
Para este opositor, la aviación militar y los aviones de reconocimiento sobrevolaban Homs, en un despliegue militar "sin precedentes".
Un video difundido por la oposición en internet muestra a un tanque disparando contra las viviendas, y en otro video se escuchan intensos bombardeos contra la ciudad.
El resto de civiles murieron en Mezze, en Deraa (sur), en Deir Ezzor (este), en la región de Damasco y en Alepo y su provincia (norte), según el OSDH.
El jueves, la Asamblea General de la ONU aprobó en Nueva York por amplia mayoría una resolución que condena la represión, pese al rechazo de rusos y chinos y de los miembros del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), liderados por Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador.
La resolución se adoptó menos de dos semanas después del veto de Rusia y China a una iniciativa similar en el Consejo de Seguridad. Pero, a diferencia del Consejo de Seguridad, en la Asamblea General no existe el derecho a veto, aunque al mismo tiempo el texto aprobado no es vinculante.
"No aceptaremos que un dictador pueda masacrar a su pueblo", declaró Sarkozy en París, en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro británico, David Cameron, quien apeló a "meter bajo máxima presión a Bashar al Asad (...) para que detenga la carnicería en curso".
Paralelamente, comenzaron a aparecer divergencias en el seno de la Unión Europea, que podría revisar su idea de endurecer las sanciones contra el régimen, según fuentes diplomáticas.
En El Cairo, cientos de egipcios y de sirios reclamaron la expulsión del embajador sirio durante una manifestación.
Por otra parte, el periodista del diario estadounidense New York Times Anthony Shadid, galardonado dos veces con el Premio Pulitzer, murió en Siria de un ataque de asma.
AFP