Lo que para algunos son pronunciamientos propios de la independencia y capacidad crítica que debe mantener una colectividad frente al Ejecutivo, para otros constituyen posturas que no están acordes con lo que se esperaría del llamado “´partido de gobierno”.
Y es que más allá de esos márgenes de interpretación, lo cierto es que Roy Barreras, copresidente del partido de La U, ha removido el escenario político con sus declaraciones últimamente. Una semana atrás dijo que los ministros “con aspiraciones presidenciales precoces” deberían renunciar, insinuando que no éstos no se concentraban en la agenda gubernamental, sino en sus intereses políticos personales.
Aunque fue obvio para no pocos que los dardos iban dirigidos especialmente contra el Ministro de Hacienda y el Vicepresidente de la República, quienes han sonado con insistencia para buscar la Casa de Nariño en 2018, también se especuló que entre los destinatarios había titulares de otras carteras.
Es claro que en la Unidad Nacional no cayó nada bien el pedido de Barreras e incluso no faltó el dirigente liberal o de Cambio Radical (y también del conservatismo, aunque este no hace parte de la coalición) que replicara que el copresidente de La U “respiraba por la herida”, ya que sentía que con la salida del titular de Defensa, Juan Carlos Pinzón (de La U y mencionado como posible presidenciable en 2018) su partido quedaba sin fichas fuertes en el gabinete. Y hasta hubo quienes dijeron que Barreras también quiere ser precandidato y no quiere que sus eventuales rivales tengan la ventaja que da el poder.
¿Encuesta en Bogotá?
También fue Barreras el que esta semana propuso que entre los candidatos a la Alcaldía de Bogotá, Rafael Pardo y Enrique Peñalosa, se haga una encuesta para definir cuál tiene mayores posibilidades de competir con la aspirante del Polo, Clara López.
Si bien la idea no es nueva e incluso en las toldas de Peñalosa y el propio expresidente de Cambio Radical, Carlos Fernando Galán, se había insinuado algo parecido semanas atrás, lo que sorprendió de la propuesta de Barreras es que ya La U había oficializado su respaldo a Pardo, siendo claro que éste llegará a las urnas con ese aval y el de su partido, el Liberal.
Es más, se suponía que lo que se estaba buscando en los últimos días era que Cambio Radical respaldara a Pardo, con lo que este se convertiría así en el candidato único y oficial de la coalición de Unidad Nacional, es decir de la coalición santista.
En ese marco, la encuesta que propone el copresidente de La U fue entendida como un paso atrás. De allí las réplicas, negativas y desautorizaciones a su idea expresadas hoy por dirigentes de ese partido, como el presidente del Senado, José David Name, o el senador Armando Benedetti, quien fue el primer impulsor del apoyo a Pardo. Hasta los liberales le protestaron e incluso lo señalaron de estar actuando como una especie de “jefe de debate de López”.
No hay que olvidar aquí que mientras Pardo fue ministro de Santos e incluso este lo designó por varias semanas como alcalde encargado de Bogotá el año pasado, Peñalosa fue rival de Santos en la campaña presidencial del año pasado y pese a los ofrecimientos no ha querido entrar al gobierno.
¿Barreras está protagonizando “fuego amigo” contra el gobierno o los intereses de la coalición santista? Sus críticos sostienen que sí y que más allá de si son válidas o no sus posturas y propuestas políticas, al ser el principal y vocero más visible del “partido de gobierno”, debería hablar de forma más institucional y menos personalista.
Pero hay voces en La U que defienden a Barreras, afirmando que, a diferencia de otros dirigentes de la Unidad Nacional, ha sido el más inmediato y beligerante escudero presidencial, incluso replicando drásticamente al uribismo y los enemigos del proceso de paz. Es más, días atrás no descartó renunciar a su curul para ir a defender la refrendación popular de un acuerdo de paz definitivo.
También dicen sus defensores que el partido no puede perder la independencia frente al propio Gobierno y que muchos de los pronunciamientos del senador son propios de quien defiende los intereses de su colectividad en un escenario en donde hay un tempranero sonajero presidencial, o de quien conoce a fondo los intríngulis jurídicos de un proceso de paz en el que no se puede permitir que las Farc busquen imponer a sangre y fuego sus tesis que rayan en la impunidad.
Por ahora es claro que Roy Barreras seguirá con las riendas de La U y que si el presidente Santos no lo quisiera así, habría maniobrado en la reciente convención partidista para que se designara otra dirección colegiada u optado por un jefe único, sobre todo para la campaña electoral que entra en la recta final, en la que Roy ha sido clave en la definición (y hasta imposición) de no pocos de los avales para las alcaldías y gobernaciones más importantes.