Frente a crisis: Francia impulsa trueque | El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Abril de 2014

Compartir el coche, prestar el apartamento, alquilar una taladradora. Con la crisis de fondo, los franceses, cada vez más adeptos a los intercambios por internet, han empezado a practicar un consumo "colaborativo", que anuncia una nueva era económica, según los expertos.

Esta tendencia, que los adeptos creen duradera, designa un modelo en el que el uso del objeto prima sobre la propiedad y los individuos deciden consumir de otra forma poniendo al servicio común sus recursos.

"Hoy, el sueño de los jóvenes no es poseer un coche, sino, gracias a su teléfono, poder utilizar uno cuando lo necesitan", dice Anne-Sophie Novel, una bloguera y autora de "La vida share, mode de emploie" (La vida compartida, forma de uso).

Y es que, el fenómeno del coche compartido se dispara, al igual que la venta de objetos usados en internet o las compras agrupadas directamente al productor, a través de páginas como Blablacar, Leboncoin o laruchequiditoui.

El "couchsurfing", que permite alojarse gratuitamente en el mundo entero y conocer gente en los países visitados, cuenta actualmente con 5 millones de adeptos.

Intercambios

Gracias a la multiplicación de plataformas colaborativas, prácticas ancestrales como el trueque o el intercambio son de nuevo actualidad. Julien Lemaître, aprovechándose de esta tendencia, lanzó hace dos años echangedefinitif.com, un portal internet para intercambiar la vivienda que ofrece la ventaja de que los gastos de notario son más bajos. "En tiempos de crisis, es una buena alternativa a la compra-venta", alega, pese a que su página todavía no han encontrado la audiencia que esperaba.

Las iniciativas crecen como champiñones en internet. Muchas tendrán los días contados, pero el sector tiene futuro, en particular en Francia.

Según un estudio reciente, 8 franceses de cada 10 practican esta nueva forma de consumo.

Para el 63% de los encuestados, su principal interés es pagar menos, pero el 38% quiere que los objetos duren más y el 28% piensa que este modelo beneficia a la sociedad.

"Es el fin del consumidor actual. De aquí a diez años habrá muerto", predijo recientemente a la AFP la australiana Rachel Botsman, quien contribuyó a popularizar el movimiento con su best seller "What's mine is yours" ("Lo que es mío es tuyo") en 2009. Según ella, el consumidor no se definirá más como tal sino como un "miembro de una comunidad".

Prácticas emergentes

"El modelo de consumo de masa está en plena redefinición", señala Philippe Moati, profesor de economía de la Universidad Paris-Diderot y cofundador del Observatorio de la Sociedad y Consumo (Obsoco).

"La mayoría de las prácticas emergentes es antigua, lo que es nuevo, es la magnitud que tienen y el hecho de que se apoyan cada vez más en las nuevas tecnologías", agrega.

"No se trata de un rechazo al consumo en sí", sino que se trata de una necesidad de consumir más y mejor, dice el economista.

En Francia, el movimiento se concreta en torno al colectivo Ouishare, que reúne una comunidad internacional dedicada a su desarrollo y organiza acontecimientos como el "Ouishare Fest", a principios de mayo en París.

"Lo colaborativo está en el cruce entre el la innovación tecnológica y social", dice su fundador Antonin Léonard.

Edouard Dumortier, fundador de la página ilokyou -- una "red social de consumo entre particulares" para alquilar y comprar o revender objetos-- asegura que "entramos en un nuevo modelo de consumo más inteligente, en el que se puede pagar menos"./AFP