Cerealistas piden que los puertos trabajen en línea para controlar ingreso del producto
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El sector productor de cereales en Colombia, representado por Fenalce, realizó un balance del primer lustro de implementación del TLC con Estados Unidos, 2012-2017, resaltando que ha impactado con una tendencia decreciente las áreas de producción de maíz amarillo tecnificado y la competitividad del productor nacional, por errores técnicos desde la negociación del tratado, competencia desleal y falta de control estatal de lo negociado para un mejor aprovechamiento del tratado.
En el TLC con Estados Unidos se acordó importar maíz amarillo duro, equivalente al grado 2 americano, pero se han venido importando otros tipos de maíz, en grados de inferior calidad, como los de grado 3, e incluso se ofrecen abiertamente, en el mercado nacional, maíz amarillo americano puesto en puerto, que por las características y descripción corresponde a maíz amarillo dentado grado 5 de inferior calidad y precio.
Estos maíces sin mayor control de su textura y sanidad se importan como materia prima para elaborar alimentos balanceados para animales, los nacionalizan como maíz amarillo duro y una vez internados le cambian la destinación y lo comercializan indistintamente para consumo humano directo y para consumo animal.
La Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas, Fenalce, considera que se evidencia un caso de competencia desleal con el productor nacional de maíz, quien produce un maíz amarillo duro, de textura cristalina y de mejor calidad pero tiene que competir en el mercado interno con un grano importado de inferior calidad y bajo costo.
Por lo anterior, el gremio ha insistido en la necesidad de un desdoblamiento de la posición arancelaria del maíz amarillo en función del uso, siendo amarillo duro, tipo Flint, para consumo humano y maíz amarillo dentado, Tipo Dent, u otros tipos de maíz para fabricar alimentos balanceados y piensos para animales.
Y luego sí proceder a la armonización entre la nomenclatura arancelaria de los Estados Unidos y su correlativa con la nomenclatura arancelaria de Colombia, Nandina, con el mismo número de dígitos, que fue una omisión o error técnico desde la negociación del tratado.
Lo anterior permite inferir que en la parte agrícola, y más aún en la parte agroalimentaria, que es mucho más sensible, nuestro país no controla lo que negocia en los diferentes tratados internacionales, ni le da la importancia necesaria a la salud y nutrición de los consumidores.
Lo que se debe hacer
Para Fenalce es necesario e inaplazable adelantar un estricto control del fraude aduanero, porque se está trayendo un maíz diferente al negociado en el TLC con Estados Unidos, el cual, al ser nacionalizarlo, se hace figurar como si fuera maíz amarillo duro para beneficiarse del cero arancel acordado en el contingente arancelario correspondiente.
Igualmente el gremio considera que es urgente adelantar un estricto control de los volúmenes de importación que se benefician de la franquicia arancelaria de arancel cero, y del método de administración del contingente arancelario de maíz, primer llegado/primer servido.
Dado que las Aduanas de los 4 principales puertos marítimos del país no operan en línea, las importaciones de maíz amarillo sobrepasan y siguen entrando cantidades por un tiempo más, un mes o mes y medio después, sin pagar aranceles hasta que la DIAN consolida la información y declara cumplido el contingente de cero arancel, y en consecuencia, empieza a cobrar los aranceles pactados para el extracontingente del TLC;
Para los cerealistas del país hay que adelantar un estricto control de las calidades físicas, sanitarias, fitosanitarias y las características de pureza de las materias primas que se importan al país para garantizar el cumplimiento de lo acordado en los TLC.
Fenalce precisa que “no solo los productores nacionales de maíz no estábamos preparados para la implementación del TLC con Estados Unidos, sino que el aparato estatal tampoco para el control y el aprovechamiento del tratado”.