La semana que pasó, el presidente francés Francois Hollande se encontró con el mayor reto de su mandato, en momentos en que su popularidad es muy baja: terrorismo yihadista. Ataque contra el periódico Charlie Hebdo, en el que murieron 12 personas, entre periodistas y caricaturistas, incluido su director. En la sede del semanario, en la capital francesa, irrumpieron dos hombres vestidos de negro y con pasamontañas que dispararon fusiles de asalto AK 47 contra el equipo periodístico.
La reacción del pueblo francés fue de convocar manifestaciones multitudinarias en París y otras ciudades como Marsella. Ocurrida la matanza, en el Palacio del Elíseo se ordenó un despliegue de fuerzas especiales para enfrentar a los presuntos autores de la masacre. Éstas se vieron obligadas a encarar un doble asalto con toma de rehenes, que culminó cuando cuerpos armados oficiales ultimaron a los atacantes, Una jornada sangrienta en la que hubo 7 muertos, incluidos tres yihadistas. Después de estos episodios, los temores persisten, por nuevas amenazas de radicales contra Francia.