Francisco y Cirilo: el otro diálogo en La Habana | El Nuevo Siglo
Domingo, 7 de Febrero de 2016

Por: Hernán Alejandro Olano García*

Especial para EL NUEVO SIGLO

HACE casi tres años, mientras los cardenales en el Cónclave le daban un obispo a Roma, de igual forma le estaban dando un pastor al Orbe, encargado de llevar a todas las personas un camino de fraternidad, de amor, de confianza en el Señor, de misericordia, que es el nombre de Dios, su primer atributo, como recientemente lo ha definido el Papa en su primer libro.

 

Poco después de su viaje de julio de 2013 a la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco anunciaría nuestra época como el “tiempo de la misericordia”, en el cual, la Iglesia debe mostrar su rostro materno a la pobre humanidad herida, a la que debe ir a buscar a la calle para recogerla, abrazarla, curarla y hacer que se sienta amada en lugar de empuñar las armas del rigor.

 

Detrás de este Jubileo de la Misericordia está la modesta figura de santa Faustina Kowalska, quien promovió ese valor como núcleo central del mensaje evangélico: La encarnación de Jesús como creador y redentor que ilumina y se expresa a través de los sacramentos.

 

El Papa ha buscado la cercanía y proximidad con la gente con este “Jubileo del perdón”, abriéndole el corazón al pecador, al miserable, a los enfermos, a los infieles, a los desvergonzados y a los avergonzados, que no es lo mismo, pero que busca cada cual sea fiel y se levante; así, misericordiando, regalando misericordia, escogiendo a quienes puedan ver la mirada de Cristo, que los elige y los lleva consigo es que se desarrollará este nuevo viaje apostólico de Francisco a México, con escala en Cuba.

 

Séptima visita santa

Ya lo habían antecedido en México sus predecesores: San Juan Pablo II y Benedicto XVI, el primero en 1979, tres meses después de ser elegido; 1990, 1993, 1999 y 2002 y, el actual pontífice emérito, en 2002. Sin embargo, la primera visita de un gobernante mexicano a un Pontífice, fue la de Miguel Miramón en 1861 y, luego, en 1864 la de los emperadores de México Maximiliano y Carlota en Roma a Pío IX.

 

Juan Pablo II realizó su primer viaje a Puebla para reunirse con los obispos del Celam, aunque esa visita causaría cierta incomodidad a la clase política mexicana, heredera de esa actitud anti religiosa que produjo una gran persecución, lo mismo que la Cristiada de la década de los veinte del siglo anterior, lo cual se agravó cuando el gobierno de aquel entonces, en cabeza de José López Portillo, expresó no haber invitado al peregrino polaco y decir que si entraba a México era como turista, no obstante la historia de fidelidad a la Iglesia del pueblo mexicano, que siempre se la ha manifestado en forma sencilla pero arraigada y de manera sincera hasta el sacrificio.

 

Luego, en condiciones distintas, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari lo invitó, aunque no le rindió honores de Jefe de Estado, porque no reconocía la soberanía de la Santa sede, cuyas relaciones diplomáticas se formalizaron luego de un receso desde 1858, aunque el Nuncio Francesco Meglia permaneció hasta 1866 a la espera de la firma de un Concordato.

 

El tercer viaje, de dos días a Yucatán se circunscribió a la participación en la VIII Jornada Mundial de la juventud y al encuentro con las comunidades indígenas de América. Posteriormente, en 1999, Juan Pablo II quiso entregar en presencia de la Virgen de Guadalupe, la exhortación apostólica Eclessia in America a los obispos, sacerdotes y fieles del Continente, previo recibimiento del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

 

Luego, en 2002 se realizó el quinto viaje del Santo Padre para canonizar al beato Juan Diego Cuahtlatoatzin, hombre sereno y humilde que contempló el rostro de la Virgen, que soportó la humillación del obispo, pero que confió con fe en el mensaje de La Señora y a quien Francisco nombró “Patrono de los floristas”. El presidente de México en 1999, que era Vicente Fox Quesada, en un hecho inédito, al recibir al Papa, se arrodilló para besarle el anillo y, la esposa del mandatario mexicano no pudo acercarse al Papa pues los dos estaban casados civilmente con matrimonios en forma canónica vigentes con otras personas.

 

Por su parte, Benedicto XVI, del 23 al 25 de marzo de 2012, durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa, visitó México para señalar que era necesario controlar internacionalmente el tráfico de armas y dialogó con el Jefe de Estado acerca del cambio climático, los desastres naturales, la lucha contra el hambre y la seguridad alimentaria, condenando la violencia del narcotráfico, las antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia, pidiendo a los mexicanos hacer el bien y no responder al mal con mal.

 

La Virgen mestiza del Tepeyac, Estrella del Nuevo Mundo, será la figura principal del séptimo viaje de un Pontífice a México, el primero de Francisco como Papa a ese país, aunque es su tercera visita, pues como sacerdote en 1970 para una reunión de Jesuitas y luego como obispo, en 1999, ya había estado en dos oportunidades en ese país.

 

Diálogo interreligioso

Previamente, en un paso extraordinario para la reconciliación y la “armonía Interconfesional”, que busca el acercamiento con los ortodoxos, Francisco, que no lo tenía aún confirmado en su agenda, se reunirá este viernes en La Habana, Cuba, con Su Santidad Cirilo (Kirill), Patriarca de Moscú y de toda Rusia, quien es el máximo jerarca de esa Iglesia desde 2009, hijo y nieto de sacerdotes, dijo al ser entronizado por el Sínodo Ortodoxo (denominado Concilio Local), que se oponía categóricamente a cualquier reforma de la naturaleza litúrgica y doctrinal de la Iglesia, no obstante que diez meses después de ser coronado, envió al Metropolitano Hilarión a visitar a Benedicto XVI.

 

La Iglesia Ortodoxa Rusa, fundada por el apóstol San Andrés, está en comunión con los otros catorce patriarcas y primados de las otras Iglesias ortodoxas orientales, no obstante la división con bielorrusos y ucranianos. Oficialmente, los zares rusos la reconocieron desde el año 988, pues inicialmente estaba sometida al Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla. Inicialmente desarrolló su labor en Kiev, luego en Vladimir y por último en Moscú, que se hizo llamar “La Tercera Roma” y, donde se materializó la escisión que había comenzado en el siglo X y la subordinación eclesiástica al Estado a partir de 1622, ratificado por el Patriarca Tijón, quien en 1927 proclamó la lealtad de los ortodoxos al gobierno soviético.

 

El 30 de noviembre de 2014, al regresar de Turquía, Francisco le contestó en la rueda de prensa del avión a un periodista: “Con el Patriarca Cirilo… le he hecho saber, y él también está de acuerdo, el deseo de encontrarnos: Le dije: “Yo voy donde quiera. Usted me llama y yo voy”. Y, aunque el encuentro se proyectaba realizar en un punto neutral como Viena o Budapest, fue Raúl Castro el mediador.

 

 Francisco será recibido con el protocolo habitual, con la presencia del presidente Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega Alamino. Se cumplirá una cita con la historia, pues Juan Pablo II estuvo a punto de verse con este Patriarca en Austria, pero al final fue cancelado el encuentro. La Iglesia rusa concentra las dos terceras partes de los ortodoxos del mundo y la cita, que será privada, tendrá como fruto una declaración conjunta en ruso y español, que se dará luego de un diálogo de más de dos horas, esperado desde el año 1022, cuando se produjo el Cisma. Intercambiarán regalos y, con el aval mediador de Raúl Castro, así como cuando alias Timochenko se reunió con el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, los instará a darse la mano y expresen luego unas cortas palabras como expresión de lo vivido.

 

El nivel más alto de autoridad en la Iglesia ortodoxa rusa es ejercido por el Consejo Local (Pomestny Sobor), que comprende a todos los obispos, así como representantes de los clérigos y laicos, quienes seguramente habrán avalado este encuentro ecuménico en medio del Atlántico caribeño.

 

Es evidente que Francisco ha deseado ese encuentro, pues Juan Pablo II, en Cruzando el umbral de la esperanza, había hablado de que lejos de proclamar un eclesiocentrismo, lo que une a las Iglesias es el magisterio conciliar cristocéntrico en todos sus aspectos, profundamente enraizado en el Misterio trinitario y el cariño a la Virgen.

 

Precisamente, en vísperas del estallido de la Revolución de Octubre, los tres pastores portugueses de Fátima oyeron de la Virgen: “Rusia se convertirá” y, “Al final, mi Corazón triunfará”; ellos, que no sabían de geografías ni de ideologías, transmitieron un mensaje que ahora, cien años después, se traduce en el milagro del encuentro, que se trabajó por más de dos años, según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

 

La fórmula que dan los ecumenistas, según lo manifestó Benedicto XVI a Peter Seewald, en 2005, en la entrevista “Dios y el Mundo”, es caminar hacia adelante: “No se trata de aspirar a determinadas anexiones, sino de esperar que el Señor despierte la fe por doquier para que ésta confluya y desemboque en una sola Iglesia”, dijo entonces el actual Papa emérito, como signo de esperanza para todos los hombres de buena voluntad.

 

Luchar por la paz es el mensaje

Con puntualidad y sin modificar el programa inicial, Francisco arribará a México, país que arrastra actualmente heridas profundas, no sólo enfermedades sociales como la pobreza y la exclusión social, unida a ese “pedacito de guerra” particular con el narcotráfico, al igual que la convivencia con la corrupción, que es, según el Papa, el pecado convertido en costumbre mental y forma de vivir, una condición, un estado personal y social que se basa en actitudes fraudulentas que le hacen perder el pudor que custodia la verdad, la bondad y la belleza.

 

Precisamente Francisco ha dicho que no irá a México a tapar la violencia ni la corrupción que allí se vive, sino que exhortará a los mexicanos a luchar por la paz, no a darla sino a pedirla, la cual se construye todos los días a la cual se llega con diálogo. También insistió en que no puede tapar la violencia ni la corrupción, expresándoles, en reciente video que no tenga cada cual miedo de escuchar el uno al otro, pues viaja “como peregrino y no como rey mago”.

 

A México y al mundo le ha pedido tener una fe misionera y no “encerrada en una lata de conserva” y particularmente, ha advertido que en el viaje, aunque va a pedir, “no voy a pasar la canastita”, pues va a buscar la riqueza de la Fe y a ser “instrumento de paz”. Así mismo, ha solicitado que cuando esté frente a la Virgen lo dejen solo y tranquilo.

 

Del 12 al 17 de este mes, Francisco visitará al presidente Enrique Peña Nieto, con autoridades, sociedad civil y cuerpo diplomático. Luego en la Catedral, con los obispos mexicanos , celebrará una primera misa en la Basílica de Guadalupe; el domingo viajará a Ecatepec, regresará a Ciudad de México y visitará el Hospital Pediátrico “Federico Gómez”. El lunes viajará a Tuxtla Gutiérrez y de ahí pasará a San Cristóbal de las Casas para celebrar la Santa Misa con las comunidades indígenas en el Centro Deportivo Municipal; regresando a Tuxtla Gutiérrez se desarrollará un encuentro con las familias y nuevamente regresará a la Capital Federal para pernoctar y salir el martes a Morelia, estado de Michoacán, donde tendrá la Santa Misa con Sacerdotes, religiosas, religiosos, consagrados y seminaristas y luego el encuentro con jóvenes en el Estadio “José María Morelos y Pavón”.

 

Finalmente, el miércoles se desplazará al  Aeropuerto Internacional “Abraham González” de Ciudad Juárez, ciudad muy golpeada por la violencia, donde estará de visita en el Centro Penitenciario (CeReSo No.3), tendrá el encuentro con el Mundo del Trabajo en el Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua, celebrará la Santa Misa en el área de la feria de Ciudad Juárez, frente al “<muro de la ignominia”>, que separa a México de los Estados unidos y donde, muy seguramente su mensaje será acerca de los migrantes, que salen de los diferentes países del mundo para buscar una esperanza de vida, a veces desesperanzadora en el denominado “sueño americano”.

 

Francisco va con el corazón abierto para que se lleven los mexicanos todo lo que le puedan dar, pues ese pueblo no es huérfano,  “se gloria de tener Madre”.

 

hernanolano@gmail.com

*Director de Humanidades, Universidad de La Sabana