EL NUEVO SIGLO conoció en altas fuentes del Centro Democrático que si bien se pactó ir a una consulta interna en marzo, la ventaja del exvicepresidente, que es cada día mayor, podría cambiar el panorama. Se alega que la precampaña está generando fisuras en el partido y que no sólo surgió la competencia de Alianza Verde, sino que se corre el riesgo de distraerse en una precampaña interna mientras el Presidente-Candidato, el Polo y otros están en plena campaña cazando votos. Aquí las razones de los que muchos ya piensan, pero no plantean abiertamente
1. TENDENCIA MUY MARCADA
Las fuentes consultadas por EL NUEVO SIGLO indican que si algo han demostrado las encuestas sobre preferencias electorales es que el precandidato más fuerte dentro del uribismo es Francisco Santos. En el último sondeo, el de RCN-Semana, el exvicepresidente logró la delantera con un 33 por ciento, mientras que el segundo, el exministro Óscar Iván Zuluaga, apenas sumó 12 por ciento, y el vallecaucano Carlos Holmes Trujillo quedó con 9 por ciento. Lo más llamativo de esta medición es que el 46 por ciento de los consultados dijo que aún no sabía por quién votar. Los partidarios de que Santos sea ya el candidato sostienen que esa una franja muy alta que debe ser conquistada lo más pronto posible, para evitar que otras facciones antigobiernistas o anti-reeleccionistas, como el Polo o la naciente Alianza Verde, entren allí a pelear respaldos.
2. CAMPAÑA VS. PRECAMPAÑA
Al tenor de un escenario político cada vez más polarizado, no son pocos los que consideran que la pelea por la Casa de Nariño se puede terminar circunscribiendo a un pulso entre primos. Las encuestas se encargan de ratificar esa previsión. Por ejemplo, en la última RCN-Semana se midió al eventual presidente-candidato Juan Manuel Santos contra Francisco Santos como su rival en segunda vuelta. Si bien la ventaja fue del actual mandatario, con un 40%, el exvicepresidente se le acerca, al sumar 31%. “… Pacho (Santos) pierde tiempo, esfuerzo y oportunidad de posicionamiento político, programático y electoral en la campaña presidencial, por estar distraído en una inoficiosa precampaña por la consulta interna en la que su ventaja es amplia y parece irreversible”, dijo uno de los dirigentes consultados, que pidió la reserva de su nombre y recalcó que aunque la propuesta no se ha puesto sobre la mesa “muchos en el Centro Democrático piensan en que Uribe debería pedirle a Zuluaga y Trujillo que dieran un paso al costado y jugársela ya con Santos”. No hay que olvidar que el presidente Santos anunciaría el 25 de noviembre si buscará un segundo periodo y podría iniciar campaña en enero, mientras que el uribismo, si continúa con la consulta, tendría que esperar hasta marzo, cuando se realicen los comicios parlamentarios. En el entretanto, ya estarían en campaña abierta y buscando votos el Candidato-Presidente, el Polo o incluso un eventual aspirante de la Alianza Verde (pues hay sectores en este último y naciente partido que quieren abortar la idea de una consulta entre Peñalosa y Navarro).
3. LA SALIDA DE RAMOS
Para varios sectores uribistas es claro que la baja del precandidato Luis Alfredo Ramos golpeó en forma sustancial el atractivo político de la consulta del ahora llamado Uribe-Centro Democrático. El exgobernador antioqueño, hoy preso en el marco de un proceso penal por parapolítica, era, dentro de la baraja de aspirantes, el precandidato con más potencial electoral directo probado. En ese orden de ideas, el que Ramos midiera su fuerza electoral a un personaje del reconocimiento nacional de Santos resultaba un pulso político que le podría dar más atractivo, posicionamiento y eco mediático a la puja uribista. Ido Ramos, tan antioqueño como Uribe, se perdió ese plus y la ventaja de Santos sobre el resto de aspirantes sobrevivientes se hizo más amplia y más previsible su triunfo en las urnas, algo que podría traducirse en un desgano electoral en marzo y, por ende, un complicado para el debut uribista en la puja presidencial. Y ese riesgo sería mayor si la Alianza Verde llega a las urnas con dos precandidatos como Peñalosa y Navarro, lo que implicaría que el voto antigobiernista o antirreeleccionista se dividiría en dos, restando fuerzas a ambos lados.
4. ‘REALITIE’ POLÍTICO
En los corrillos políticos suele decirse que la precampaña presidencial del uribismo parece una especie de realitie, pues cada tanto queda por fuera un precandidato. Meses atrás la negativa a una alianza tempranera entre uribismo y conservatismo, dejó por fuera de la carrera a la exministra Martha Lucía Ramírez y al presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, hoy precandidatos en las toldas azules, en donde las directivas decidieron que la prioridad debía ser los comicios parlamentarios. El mes pasado la orden de captura dictada por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia obligó a la renuncia del precandidato Ramos. La semana anterior el turno le correspondió al senador de La U, Juan Carlos Vélez, quien se sabía desde hace tiempo que no podría participar en la consulta pues incurriría en doble militancia. Es decir, de siete cartas iniciales de Uribe, al final sólo le sobreviven tres. La pregunta, según algunos partidarios de lanzar ya a Francisco Santos, es obvia: ¿Zuluaga y Trujillo, cuyas hojas de vida y trayectorias políticas no tienen discusión, aguantarán hasta marzo? ¿Se arriesgarán a dejarse contar?
5. EVITAR LUCHA FRATRICIDA
La polémica interna que en las toldas uribistas se ha presentado en torno a la inclusión de José Obdulio Gaviria en la lista al Senado dejó entrever que hay matices muy marcados en esa naciente facción política. Matices que ya se vieron reflejados en la forma en que Zuluaga pidió a Gaviria que se hiciera a un lado y señaló al controvertido exasesor presidencial de ser jefe de campaña de Santos. Matices que se reiteraron por las fuertes críticas del exministro Londoño, caldense como Zuluaga, a la inclusión de Gaviria y las incomodidades que ello le genera al partido y al propio Uribe. Y matices que se ponen de presente en las polémicas de los últimos días en torno a las maniobras que habrían realizado algunos precandidatos para ubicar sus fichas en los primeros lugares de la lista al Senado y las de Cámara, desplazando a puestos más abajo a los ‘ahijados’ de otros participantes en la consulta. “No podemos arriesgarnos a una lucha fratricida, como ya vimos estos días y que nadie esperaba”, precisó un dirigente uribista.
6. ¿LA CONSULTA ARRASTRARÍA VOTOS?
Aunque hay quienes en el Centro Democrático sostienen que la consulta, por más inclinada que esté a favor de Francisco Santos, es necesaria pues no sólo posicionaría al partido como una opción política seria y de largo aliento, que no busca única y exclusivamente empoderar al exmandatario, sino que podría arrastrar más votación para las listas a Senado y Cámara. Los partidarios de lanzar ya a Pacho Santos esa tesis resulta controvertible, pues es obvio que el motor electoral es el expresidente Uribe y no sus precandidatos, como tampoco una lista al Senado en donde son muy pocos los que se han jugado en las urnas. Todo lo contrario, es Uribe el encargado de llamar a sus parciales a que no sólo voten por él, sino también por su ‘lista’ de precandidatos presidenciales. Incluso hay quienes en las toldas uribistas sostienen que la votación del exmandatario podría fácilmente triplicar o cuadruplicar a la de la consulta interna. “… Es necesario evitar el desgaste de explicar a la prensa esa diferencia electoral a tan solo dos meses de la votación para la primera vuelta”, puntualizó una de las fuentes consultadas.