El papa Francisco fustigó en el Vaticano, durante el Jubileo de los enfermos y los discapacitados, a los sacerdotes que no acogen a todo el mundo en su iglesia, sugiriéndoles que es mejor "cerrar" sus puertas que rechazar a ciertas personas.
Hablando en la gran sala Pablo VI, junto a varios niños trisómicos jugando a sus pies, Jorge Bergoglio reaccionó con emoción a una pregunta de una niña italiana, Serena, que le decía que no se sentía bien acogida en su parroquia y que no entendía por qué no podía comulgar.
"Serena, me pones en un problema, ¡si te dijera lo que pienso! Has hablado de una de los cosas más feas que existen para nosotros: la discriminación. Decir: tú no eres como yo, ¡vete! (...) Pienso en un sacerdote que no acoja a todo el mundo. (Y le digo) cierra tu puerta, por favor. Porque (en la iglesia católica) o es todo el mundo o nadie", insistió Francisco.
El pontífice argentino recordó que, a principios del siglo pasado, Pío X (1903/1914) escandalizó a muchos responsables de la Iglesia por sugerir que la comunión tenía que ser administrada también a los niños, y no sólo a los adultos. En aquella época, muchos pensaban que "un niño no entiende", precisó.
El papa Francisco destacó la importancia de preparar este sacramento, ya sea un niño o un adulto, una persona enferma o no. "Si tú no entiendes el idioma, por ejemplo, si tú eres sordo, tendrías que tener la posibilidad de prepararte con la lengua de señas", aconsejó.
Más de 20.000 personas enfermas o discapacitadas viajaron a Roma para el Jubileo, entre el viernes y el domingo.
El Vaticano ha querido que este Jubileo de los enfermos y los discapacitados sea uno de los momentos importantes del Año Santo de la Misericordia, que empezó en diciembre.