Francisco quiere que la reforma a la Iglesia continúe | El Nuevo Siglo
Lunes, 26 de Mayo de 2014

El papa Francisco concedió una extensa conferencia de prensa en el avión que lo conducía de Jerusalén a Roma: aseguró que no "mediará" entre palestinos e israelíes, recibirá a víctimas de sacerdotes pederastas y quiere que "la reforma de Iglesia continúe".

Al término de un viaje agotador a Ammán, Belén y Jerusalén, Francisco contestó durante 40 minutos a los periodistas de manera muy distendida mientras su portavoz, el padre Federico Lombardi, le pedía que no gastara fuerzas.

Esta es la segunda vez que el papa argentino, de 77 años, protagoniza una conferencia de prensa en un avión después de la que concedió en el vuelo Río-Roma en 2013.

El papa no esquivó ninguna cuestión. Los delitos pederastas cometidos por religiosos son como "una misa negra" porque los niños "buscan la santidad" de Dios cuando acuden a las iglesias, y "estos sacerdotes traicionan al Señor".

"La semana próxima, el 6 o 7 de junio, se celebrará una misa en Santa Marta (su residencia vaticana, ndlr) con seis u ocho víctimas, seguida de un encuentro con ellas", anunció.

"Tres obispos están siendo investigados y uno ya fue condenado", reveló.

Aunque defendió su valor como "un don para la Iglesia", Francisco afirmó que "el celibato de los sacerdotes no es un dogma" de la Iglesia, con lo cual parece dejar una puerta abierta a una discusión sobre este tema.

Preguntado sobre los escándalos en el Vaticano, y sobre todo una transferencia de dinero dudoso del banco IOR a un productor de televisión, al parecer por medio del ex número dos de Benedicto XVI, el cardenal Tarcisio Bertone, el papa se mostró prudente y afirmó que "el caso no está claro". "Está siendo examinado. Puede que sea verdad. No es definitivo".

Acerca de la dimisión histórica de Benedicto XVI en 2012, Francisco se congratuló de que este papa emérito, "una institución", "haya abierto una puerta" en la práctica del papado.

"Un papa que siente declinar sus fuerzas debe poder plantearse la cuestión", añadió, sin decir si pensaba en él mismo más tarde.

El papa precisó también el sentido de la invitación que lanzó el domingo a los presidentes israelí y palestino, Shimon Peres y Mahmud Abas, de acudir a "rezar por la paz" en "su casa" en el vaticano. "El encuentro en el Vaticano es para rezar. No se trata de una mediación. No se trata de unas discusiones. Luego cada cual regresará a su casa", explicó.

Sobre el estatuto de Jerusalén, tema de discordia en las negociaciones, el papa recordó que la "Santa Sede tiene una posición específica. Jerusalén es la capital de las tres religiones", monoteístas. "Hay que seguir negociando", reconoció.

Evocó la refundación del gobierno central de la Iglesia afirmando que "la reforma continúa" y se topa con "los obstáculos normales en estos procesos". "La Iglesia se tiene que reformar cada día". Puso en acento en la nueva Secretaría de Economía que debe "trabajar" con la Secretaria de Estado.

Sobre la autorización de la comunión a los divorciados casados de nuevo, el papa recalcó que "no le había gustado" que tantas personas, incluidas de la Iglesia, se focalicen en esto cuando "el tema es más amplio: la familia es que necesita mucha ayuda pastoral".

Francisco se expresó también por primera vez sobre la beatificación, actualmente congelada, del papa Pío XII, acusado por los historiadores de haber denunciado bastante el exterminio de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

"La causa de beatificación está abierta. Estoy informado. Pero no se ha producido ningún milagro y por lo tanto no puede seguir adelante. Es necesario un milagro", insistió.

Por último, confirmó su viaje el año próximo a Sri Lanka y Filipinas, a la región arrasada por el tsunami./AFP