La inseguridad es uno de los problemas más serios en el país. Los atracos son ya cosa de rutina, y el objetivo principal de los antisociales es el celular, más aún si es de alta gama. Las cifras son elocuentes, a más de un millón de personas les robaron este elemento que hoy es absolutamente indispensable.
Ya hace tiempo se anunciaron estrategias para frenar esta modalidad de delito que se tornó transnacional. Muchos teléfonos robados son comercializados en el exterior. Hubo acuerdo con las empresas de telefonía, estableciendo medidas, como la obligación de registro de celulares.
En la Consejería para la Seguridad Ciudadana son conscientes del auge de robos de celulares. El titular de esta institución oficial, Francisco José Lloreda, ha señalado que hay voluntad de cooperación en las empresas de móviles, no obstante se requiere que agilicen más el registro. En especial recalca en la organización de la base de datos, instrumento de control práctico para impedir la activación de equipos de dudosa procedencia. Importante acelerar el proceso para hacer que celulares hurtados no puedan ser utilizados. Es obvio que por sustracción de materia, es decir, no vendibles, el robo de móviles se acabaría.