El papa Francisco inaugura solemnemente su pontificado con una gran misa en la plaza de San Pedro del Vaticano, ante unos 250.000 fieles y dignatarios políticos y religiosos llegados de todo el mundo.
La ceremonia religiosa comenzará a las 09H30 de la mañana local (08H30 GMT), y estará rodeada de un estricto dispositivo de seguridad, formado por unos 3.000 funcionarios del Estado italiano.
El papa argentino —primer latinoamericano y primer jesuita— saldrá unos 45 minutos antes de la Casa Santa Marta, su residencia temporal, y se dará un primer baño de multitudes recorriendo en su papamóvil la gran explanada vaticana.
Tras vestir sus ornamentos litúrgicos dentro de la basílica, rezará ante la tumba de San Pedro, el primer Papa y padre de la Iglesia, situada debajo del altar mayor, acompañado por una decena de representantes de las iglesias católicas orientales.
Junto a la tumba estarán el anillo de pescador y el palio (una larga estola blanca que se coloca encima de la casulla), los dos símbolos de poder papal, que serán transportados por los diáconos.
El Sumo Pontífice se reunirá a continuación con sus 180 concelebrantes, antes de dirigirse todos juntos en procesión hacia el altar erigido en el exterior de la plaza cantando el "Laudes Regiae", una letanía de invocación en honor a Cristo.
Una vez allí, el cardenal protodiácono francés, Jean-Louis Tauban, colocará ante los fieles el palio de lana —el mismo que llevó Benedicto XVI— sobre los hombros del exprimado de Argentina.
El decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, le pondrá acto seguido el anillo del Pescador —que ha querido de plata y no de oro como su predecesor— en el dedo anular de la mano izquierda.
Hacia las 08H30 GMT comenzará la misa propiamente dicha de "inicio del ministerio petrino del obispo de Roma", su título oficial.
Misa en latín y griego
El servicio religioso, en latín y griego para recordar a las iglesias de Oriente y Occidente, no debería ser muy diferente del de la inauguración de Benedicto XVI en 2005, aunque tal vez algo más corta.
El papa pronunciará en italiano su homilía, que según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, debería dar "indicaciones sobre las orientaciones del pontificado" del excardenal Jorge Bergoglio.
Francisco, que en menos de una semana se ha metido en el bolsillo a los fieles con su humildad y su espontaneidad, tiene un texto preparado pero a nadie sorprendería que agregara observaciones personales improvisadas en su tercera homilía desde que fue elegido papa el miércoles pasado.
En la primera, el nuevo pontífice expuso ante los cardenales los principios de su papado, "Caminar, Edificar, Confesar", y en la segunda habló de la misericordia y del perdón de Dios, nociones anunciadoras de una Iglesia más acogedora.
Durante la comunión, que el papa no dará personalmente, un coro interpretará el canto "Tu es pastor ovium" ("Tú eres es pastor de las ovejas").
Al final de la misa, en torno a las 10H30 GMT, el Papa volverá a la basílica para quitarse sus ornamentos, antes de recibir a las 132 delegaciones extranjeras, entre las que destacan 31 jefes de Estado, incluidos al menos siete latinoamericanos.
La presidenta argentina Cristina Kirchner ya se reunió el lunes en privado con el nuevo papa, a quien pidió que intercediera en la disputa que su país mantiene con el Reino Unido sobre la soberanía de las islas Malvinas, bajo control británico desde 1833.
También se encuentran en Londres los presidentes de los dos países con el mayor número de católicos del mundo, la brasileña Dilma Rousseff, y el mexicano Enrique Peña Nieto, así como sus homólogos de Chile, Ecuador, Paraguay, Costa Rica y Honduras.
El gran ausente será el papa emérito, Benedicto XVI, quien tras su histórica renuncia el mes pasado, se trasladó a la residencia veraniega papal de Castelgandolfo, cerca de Roma, donde el papa Francisco le visitará el próximo fin de semana.
AFP