El Gobierno francés aprobó ayer su polémica reforma laboral que otorga mayor flexibilidad a las empresas en dificultades para reducir salarios o tiempo de trabajo en un intento de combatir el aumento del desempleo en Francia.
El proyecto de ley, aprobado en consejo de ministros y que será debatido en el Parlamento en abril, traslada el acuerdo concluido a principios de enero entre la patronal y tres sindicatos sobre la "garantía del empleo".
El desempleo no cesa de aumentar en Francia desde hace 21 meses y afecta ya al 10,5% de la población activa.
Dicha reforma facilitará la posibilidad de llegar a acuerdos temporales para reducir salarios y/o aumentar el tiempo de trabajo en empresas con dificultades económicas. También facilita los despidos.
Asimismo, introduce "nuevos derechos" para los trabajadores y los desempleados, aunque la mayoría estén sometidos a negociaciones posteriores: generalización de mutuas de empresa, formación, tiempo parcial, desempleo, imposición de algunos contratos de duración determinada.
El texto modifica páginas claves del código laboral para los 18 millones de trabajadores del sector privado.
Para el gobierno, se trata de fomentar el "diálogo social" para garantizar el éxito, dijo el primer ministro Jean-Marc Ayrault, que desea que el Parlamento apruebe el proyecto de ley "rápidamente" y sin cambios.
Según la patronal, estas medidas deberían permitir a la vez "flexibilizar y proteger el mercado de trabajo".
La reforma ha recibido el beneplácito de la agencia de calificación financiera Standard and Poor's ya que "ayudará a los empleadores a adaptar mejor los costos salariales a la coyuntura internacional".