La huelga de ferroviarios en Francia, que perturba gravemente el tráfico de trenes y el transporte público, cumplió siete días este martes, día en que el parlamento inicia sus debates sobre una reforma del sector criticada por dos grandes sindicatos.
La huelga, que provoca cada día numerosas anulaciones de viajes y retrasos, supone el primer gran conflicto social para el gobierno socialista del presidente François Hollande. Este martes fue prorrogada por 24 horas más por las centrales convocantes, CGT-Cheminots (ferroviarios) y SUD-Rail.
Pese a las manifestaciones de los ferroviarios en París y varias ciudades francesas, el gobierno está "dispuesto a ir hasta el fin" con la reforma, reiteró el martes el Secretario de Estado francés de Transportes, Frédéric Cuvillier.
La reforma es "imprescindible" y esta huelga "no es ni útil ni responsable", había declarado por su lado el lunes el primer ministro socialista Manuel Valls en la radio.
La reforma tiene como objetivo "estabilizar" la enorme deuda de 44.000 millones de euros del sector ferroviario francés y preparar su apertura a la competencia. Para ello, se prevé agrupar en un holding público a la SNCF (Sociedad Nacional de ferrocarriles franceses) y a la RFF (Red ferroviaria de Francia).
La oposición de derecha UMP, que considera "escandalosa" la huelga ha prometido "no hacer durar los debates" en el parlamento. "Hemos comprendido la táctica de los huelguistas es de prorrogar la huelga todo lo que duren los debates. Por tanto, no los haremos durar", declaró el presidente del grupo UMP en la Asamblea nacional (cámara baja), Christian Jacob.
Está previsto que el debate parlamentario se prolongue hasta el jueves.
- Un conflicto impopular -
Desde hace una semana, la huelga genera importantes perturbaciones en el tráfico ferroviario, en las grandes líneas pero también en la región en torno a Paris, donde más de tres millones de pasajeros transitan a diario en trenes de cercanías o suburbanos.
El lunes, el líder del sindicato reformista CFDT, Laurent Berger, pidió que se pusiera fin a esta huelga "inútil" y afirmó que "esta reforma es buena para el sistema ferroviario, para el servicio público ferroviario y también para los propios ferroviarios".
Según un sondeo publicado el martes en el diario Le Parisien/Aujourd'hui en France, más de tres cuartas partes de los franceses (76%) se declaran opuestos a la huelga, que ya ha costado 80 millones de euros a la SNCF, según la dirección.
Este martes, la dirección de la SNCF había previsto un 60% de TGV (trenes de alta velocidad) en promedio en las grandes líneas. A nivel internacional, la circulación debía ser normal hacia Alemania, pero con solamente un TGV de cada dos hacia Italia y Suiza, y uno de cada tres hacia España.
Poco antes de que se inicie el debate parlamentario, el secretario general del sindicato CGT, Thierry Lepaon, acusó al gobierno de "mentir" a los franceses sobre la reforma.
Los sindicatos convocantes a la huelga consideran que una "reforma es necesaria" pero creen que la propuesta del gobierno "está hecha más para responder a las exigencias liberales de Bruselas", dijo a la AFP Gilbert Garrel, secretario general del sindicato CGT ferroviario, al iniciarse la semana pasada el movimiento.
Estos sindicatos temen además que el proyecto abra la puerta a un desmantelamiento del sistema ferroviario.
La SNCF tiene 150.000 empleados. Unos 15.000 trenes circulan diariamente en la red ferroviaria francesa.