Nos quedamos con las ganas de haber visto, entre otros, los siguientes fotomontajes el Día de los Inocentes: 1) El estrecho abrazo del feliz año nuevo entre el presidente Santos y el ex presidente Uribe. 2) Samper llevando la palabra en el homenaje nacional al nuevo Jefe Único del Liberalismo Simón Gaviria. 3) El ex alcalde bogotano Samuel Moreno re-inaugurando la 26, ahora con el nombre de “Avenida de Los Nule”. 4) María Isabel Rueda, Cecilia Orozco y María Jimena Duzán entregándole a la fiscal Vivianne Morales un pergamino como “La mujer del año”. 5) Uribe, Peñalosa y José Obdulio en la posesión del nuevo alcalde Mayor de Bogotá Gustavo Petro.
Salsomanía. Si finalmente el saliente alcalde de Cali Jorge Iván Ospina recala en el primer gabinete distrital de Gustavo Petro, deberá dedicar parte de su tiempo en Bogotá a atender los procesos que le sigue la Procuraduría General de la Nación. Se dice que lo corriente es que cada burgomaestre afronte en su período constitucional más de 30 demandas ante el Ministerio Público. La del cierre, en el caso de Ospina, se relaciona con “El Salsódromo” (una copia del vistoso “Sambódromo” brasileño), espectáculo callejero de casi dos kilómetros de longitud, protagonizado por orquestas y bailarines de primer orden, en plena Feria de Cali, para el que vendieron a $ 70.000 cada una las diez mil sillas con las que pretendían costear la atractiva exhibición salsómana.
Papá Guerra. Ninguna familia política tan aferrada a las presidencias como la de los Guerra en la montaña maicera. El patriarca Bernardo Guerra Serna, el hijo más famoso del municipio de Peque, se apoderó hace más de 30 años de la presidencia del Directorio Liberal de Antioquia y por ende de las llaves de la Casa de Mármol, la sede de ese ejecutivo político, y no ha habido poder humano capaz de convencerlo para que haga devolución de esos símbolos. Aunque el Directorio, en la práctica, ya no existe, don Bernardo sigue expidiendo declaraciones y llamados a la unión que no tienen ningún eco entre lo que queda de la militancia roja.
Hijo Guerra. Como lo que se hereda no se hurta, el médico Bernardo Guerra Hoyos, el hijo de papá homónimo, que ya fue presidente del Concejo de Medellín, espera volver a ser elegido en el nuevo cabildo de la ciudad integrado el pasado 30 de octubre.
Bernardito espera alcanzar en el futuro, pero por voto popular, la Alcaldía medellinense y la Gobernación antioqueña, los mismos cargos que desempeñó su padre, por sendos decretos, cuando era el principal barón electoral de Antioquia.
Andrés, otro hermano menor del concejal Guerra, se apresta a estrenar curul como diputado a la Asamblea departamental.
Chascarrillo. En Medellín, cuando ven en algún café del centro tomando tinto al viejo cacique Bernardo Guerra con sus hijos Bernardo y Andrés, la gente murmura que se trata de una “cumbre” convocada por el desueto Directorio Liberal de Antioquia.