Ante su dolor de cabeza de los últimos años, Venezuela, la Selección Colombia inició con derrota (1-0) su andar en la Copa América de Chile, a la que llegó como una de las favoritas al título, pero en la que no tendrá un camino fácil para clasificar, ya que su siguiente rival es nada menos que Brasil.
No fue el equipo de José Pekerman de otras tardes. Es más, ni siquiera fue la sombra y aunque se le vieron muchas ganas, tuvo poco orden, adoleció de ideas, de profundidad y de juego colectivo.
El técnico apostó por un grupo de jugadores que llegaron sin ritmo porque en sus clubes son suplentes y todos le fallaron. Tal vez los únicos que le dieron la razón al estratega fueron el golero David Ospina, quien evitó la caída de su valla en por lo menos tres oportunidades y el goleador Carlos Bacca. Los demás, incluido James Rodríguez, quedaron en deuda.
Salomón Rondón, delantero del Zenit ruso, marcó a los 60 minutos el único gol del encuentro en el estadio El Teniente, al que acudieron unos 12.000 espectadores, en buena mayoría aficionados colombianos.
Otrora cenicienta suramericana y cuarta en la Copa América Argentina-2011, Venezuela se ha convertido en un rival a temer para los colombianos, en todos los niveles y competencias.
Con el pitazo inicial, Venezuela buscó la iniciativa con una fuerte presión de sus volantes sobre la salida del seleccionado colombiano, logrando trabarle el juego en la mitad de la cancha.
Rápidamente la vinotinto aisló a James Rodríguez del circuito ofensivo y provocó una desconexión con los hombres de ataque, donde Falcao y Carlos Bacca apenas entraban en juego.
Esa batalla táctica le permitió a la vinotinto generar un par de situaciones, primero con un centro a Rondón a los 16 minutos que nadie pudo conectar frente al arco, y luego a los 27 con un disparo a quemarropa de Ronald Vargas que el golero David Ospina rechazó a puro reflejo en el área chica.
Venezuela a esa altura del partido ejercía una clara posesión de la pelota y ponía las condiciones en el campo de El Teniente.
Colombia sólo pudo responder a los 29 con una pelota de Falcao que se fue ligeramente por encima del arco, pero que se gestó por un error individual en la zaga venezolana y no como fruto de una acción elaborada.
Venezuela en los últimos minutos volvió a inclinar el terreno y se acercó con un remate de Alejandro Guerra que controló sin problemas Ospina.
Esa acción puso final a una etapa inicial en la que Venezuela llevó el peso ofensivo del juego e hizo ver a Colombia errática e improductiva.
Hasta allí, a Colombia se le vio lejos de su fútbol colectivo, basado en la técnica de sus jugadores y muy desordenada, carente de ideas, con los laterales Zúñiga y Armero, suplentes en sus equipos, con un nivel muy bajo y sin atreverse a ir al ataque, así como dos volantes de marca, Valencia y Sánchez, solventes para quitar el balón pero limitados a la hora de apoyar a James y Cuadrado.
Ganas y sorpresa
Para la segunda parte Colombia entró con más ímpetu pero igual de desordenada y sin ideas, en tanto que Venezuela siguió con su trabajo de contención para recuperar el balón y sorpresa en el ataque con hombres rápidos como Rondón y a los 55 estrelló un cabezazo en el horizontal, una especie de campanazo de alerta sobre lo que vendría cinco minutos después.
Rondón, en plan de cazador en el área grande, marcó el 1-0 al capitalizar un cabezazo de Alejandro Guerra a un centro desde la izquierda de Juan Arango, que se coló por el vertical izquierdo de Ospina.
El gol hacía justicia al accionar de Venezuela en el partido y porque cayó en un momento en que Colombia se mostraba inexpresiva y acudía más a acciones individuales que al juego asociado.
Con el marcador en contra, los de Pekerman, quintos en el Mundial de Brasil-2014, se apoderaron de la pelota, pero la elaboración no era clara y el golero Alain Baroja se hacía gigante en su arco a remates de Falcao y Teo Gutiérrez, sustituto de Carlos Bacca.
En los últimos minutos, Colombia insistió sobre la puerta venezolana pero careció de precisión en el puntillazo final, mientras que Venezuela resistió con fortaleza y contó con espacios para salir varias veces de contraataque, y aunque no logró sorprender, consiguió tres valiosos puntos para aspirar a la clasificación a los cuartos de final.
Colombia, asfixiada por Venezuela, intentó con el pelotazo llegar al gol y falló, en una clara demostración de que las figuras no están y de que la banca ha hecho mella en jugadores que fueron clave en el mundial de Brasil.
Muy mal partido de los laterales Zúñiga, que empezó por derecha y terminó por izquierda, y de Pablo Armero, quien se fue para dar paso a Martínez.
En el mediocampo se notó la ausencia de un volante de más manejo. Sánchez y Valencia son del mismo corte y aunque recuperan mucho balón, no le dan salida desde atrás a la Selección. Y James y Cuadrado estuvieron lejos de su nivel, sobre todo el jugador del Chelsea que pasó desapercibido, entregó mal el balón y terminó como lateral derecho, en un partido para olvidar por parte de la afición pero del que Pekerman debe sacar muchas conclusiones.