Rusia está obligada a reformarse ya que el sector de la energía se enfrenta a la "revolución del gas de esquisto", según las conclusiones de un informe publicado el martes por el Foro Económico Mundial de Davos, consagrado a las diferentes alternativas que tiene el país.
"No vemos ningún escenario en el que se mantenga la situación actual", declaró el martes a la prensa Sergei Guriev, profesor de la New Economic School (NES) de Rusia.
El primer ministro ruso Dimitri Medvedev, que dirigirá el miércoles una importante delegación en Davos, tiene previsto hablar sobre este informe en una mesa redonda.
Rusia, que desembarca este año en Davos con la mayor delegación de la historia en esta cita, solicitó este informe el pasado año a los economistas del Foro, que han interrogado a unos 350 expertos, la mitad rusos.
"La economía rusa es actualmente vulnerable", declaró Kristel Van der Elst, directora del WEF (por sus siglas en inglés), encargada de los estudios estratégicos. Según ella, Rusia tiene tres desafíos: el riesgo de cambios mayores en su política energética, con la irrupción del gas de esquisto o pizarra, que puede provocar un cambio de la demanda en Estados Unidos, el entorno institucional y mantener la cohesión social.
En lo que respecta a las instituciones, el informe pone de manifiesto que ha habido pocos avances en la lucha contra la corrupción, pese a "un fuerte aumento de la riqueza por habitante en estos últimos años".
En un primer escenario, los expertos del WEF prevén una caída del precio del petróleo, que debería traducirse en un aumento de los impuestos a la fortuna. "Este escenario no es sostenible a largo plazo", dijo Van der Elst.
Otro escenario contempla los precios del petróleo en alza, lo que obligaría a las autoridades a realizar reformas en el sector de la energía.
Por último, el último escenario apuesta por una caída gradual del precio del petróleo, que podría beneficiar algunas regiones del país, con el desarrollo de otros sectores como la agricultura.