La industria automovilística brasileña tomará medidas como vacaciones forzadas o suspensiones temporales de empleo y sueldo después de un primer trimestre con malos resultados, con caída de 7,6% de las ventas y 35% en las exportaciones, pese a una reducción de la producción.
Según la edición de este viernes del periódico O Globo, la filial de Fiat, a la cabeza en la venta de modelos populares, anunció que pondrá en vacaciones forzosas durante diez días (del 11 al 20 de agosto) a alrededor de 800 de los 15.000 trabajadores de la fábrica de Betim (Minas Gerais, sudeste).
Durante esta decena de días de vacaciones obligatorias dejarán de producirse 10.000 vehículos.
El pasado abril, 800 obreros de Fiat ya habían sido obligados a quedarse en casa durante 20 días para "equilibrar el stock", según recuerda O Globo.
Por lo que respecta a Ford, siguió el ejemplo de General Motors en Sao José dos Campos (estado de Sao Paulo, sudeste) y optó por una suspensión temporal de empleo y sueldo de una parte de los 1.800 obreros de la fábrica de Tabuaté (también en el estado de Sao Paulo).
Ford afirmó, por su parte, que el número de trabajadores afectados está siendo todavía definido por el sindicato local de metalúrgicos.
De enero a junio de este año, prácticamente todos los fabricantes de automóviles adoptaron medidas para frenar el aumento de sus stocks, una situación que podría empeorar si continúa la crisis en Argentina.
En General Motors, después de 15 días de vacaciones colectivas, los 5.400 trabajadores de Sao José dos Campos fueron informados de que la empresa estaba considerando la opción de una suspensión temporal de empleo y sueldo.
El sindicato se mostró en contra a esta medida, recordando que en agosto de 2012 un racionamiento similar del trabajo acabó con 598 despidos.
En los dos últimos años, el sector industrial brasileño perdió más de 200.000 empleos, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.