El FMI llamó este miércoles a recortar las subvenciones sobre el precio de la energía en todo el mundo, afirmando que éstas no protegen a los consumidores más vulnerables y suponen una carga para las finanzas públicas.
"Su objetivo es proteger a los consumidores, pero en realidad exacerban los desequilibrios presupuestarios, desplazando partidas prioritarias del gasto público y deprimiendo la inversión privada, especialmente en el sector de la energía", afirma el FMI.
Según el informe elaborado por el organismo internacional de crédito, estas subvenciones destinadas a bajar el precio de la energía tuvieron un costo de 1,9 billones de dólares en 2011, en un 40% de los casos en los países desarrollados.
Para el Fondo estas ayudas benefician sobre todo a los hogares más ricos, que reciben las mismas reducciones que los más pobres, lo cual exacerba "las desigualdades".