Los remedios contra la crisis adoptados por los bancos centrales en Estados Unidos y Europa, ya sea la compra de bonos o las tasas de interés en un nivel cercano a cero, podrían tener "efectos indeseados" mientras no se implemente la reforma del sistema financiero, según el FMI.
En ambos lados del Atlántico, la Reserva Federal en Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), por su lado, han flexibilizado de manera significativa su política monetaria, sobre todo manteniendo la tasa de interés de referencia en un nivel cercano a cero.
Esta postura, sumada a amplios programas de compra de deuda, "ha sido útil durante la crisis", destacó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un informe sobre estabilidad financiera mundial.
El lunes, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, reconoció que los bancos centrales podrían tener un "mayor rol" para impulsar a la economía mundial a salir de la crisis.
Sin embargo, el estudio destaca que esta política también podría tener efectos indeseados mientras el sistema financiero siga siendo muy complejo y vulnerable, cinco años después de la crisis económica provocada por el colapso del sector inmobiliario en Estados Unidos.
Con tasas de interés cercanas a cero, "los beneficios que los bancos obtienen de actividades habituales deberían seguir siendo débiles durante un largo periodo de tiempo", destacó el Fondo.
Como reacción, los bancos podrían volcarse hacia actividades más "rentables" y más riesgosas, como las que hace cinco años provocaron un colapso financiero por las masivas tenencias de créditos hipotecarios de alto riesgo (subprime) en Estados Unidos.
Si la liquidez pasara al sistema bancario paralelo, que engloba las actividades financieras como los seguros y los fondos de inversión, las actividades escaparían al control de los reguladores, dijo el FMI.