El Fondo Monetario Internacional (FMI) se congratuló del "importante progreso" realizado en el saneamiento del sector bancario español, pero advirtió en un informe, que "los desafíos más importantes" están aún por llegar.
El organismo muestra su preocupación especialmente por el impacto negativo que la reforma bancaria podría tener sobre la economía real, especialmente si implica una restricción del crédito en una España ya inmersa en una dura recesión.
El país, cuarta economía de la zona euro, se beneficia desde junio de la promesa de una ayuda europea de hasta un máximo de 100.000 millones de euros para sanear su sistema financiero, fragilizado por su exposición al sector de la construcción, siniestrado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
El gobierno español aseguró, no obstante, que los bancos españoles sólo necesitarán unos 40.000 millones de euros.
"A los ojos del personal del FMI, el programa del sector financiero está en buen camino hasta ahora, y se han respetado todos los plazos", subrayó el informe.
Aunque, "los desafíos más importantes están aún por llegar, sobre todo los relacionados con la puesta en marcha de los planes de reestructuración de los bancos y una mejor eficacia de la sociedad que gestiona los activos" tóxicos, añadió el FMI, en referencia a la creación de un "banco malo".
Desde que explotó la burbuja inmobiliaria en 2008, el sector financiero de la cuarta economía de la zona euro no logró zafarse totalmente de sus consecuencias y algunos bancos se encuentran asfixiados por sus activos tóxicos.
A cambio de la ayuda europea a los bancos del país, España tuvo que crear una sociedad de gestión de los activos tóxicos, un "banco malo", denominado Sareb, que debía estar operativo próximamente.
Sin embargo, "aunque la estructura general se puso en marcha a finales de agosto dentro de los plazos, parece más complicado que la sociedad de gestión de activos esté plenamente operativa a finales de noviembre como estaba previsto", señaló el informe del FMI.
En el marco de este vasto plan de reestructuración del sector financiero, los bancos se lanzaron en estos últimos meses a una ola de fusiones y compras de entidades más frágiles.
Además, cuatro de ellas fueron nacionalizadas -Bankia, Novagalicia, CatalunyaCaixa et Banco de Valencia- y la Comisión Europea aprobó este miércoles un plan de reestructuración para ellas, que implica severos recortes de plantilla y de red comercial.
De la aprobación de estos planes de saneamiento dependía el desbloqueo de una ayuda de 37.000 millones de euros de la zona euro, que deberían llegar en diciembre vía el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE).
"La próxima etapa de puesta en marcha de las reformas es crucial y será, sin duda, más difícil que la anterior fase de elaboración", añadió el FMI.
La profunda reforma del sector llega en un momento de sombrías perspectivas económicas, después que España volviera a caer en recesión a finales de 2011, menos de dos años después de haber salido de la misma.
En este contexto, "será esencial evaluar con cuidado si los planes de reestructuración tienen un impacto sistémico sobre la concesión de créditos", explicó el informe.
En este sentido, el FMI llama a llevar a cabo políticas públicas cuyo objetivo sea apoyar a la economía.
"Unas políticas que en España y en Europa tengan por objetivo apoyar el crecimiento, y al mismo tiempo tiendan a corregir los desequilibrios y las vulnerabilidades (de los bancos) permitirá reforzar más las posibilidades de éxito del programa" de reforma, concluyó el FMI.