El Consejo Mundial de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), reunido en Múnich, anunció este jueves una ligera reducción de los costes de funcionamiento de las escuderías de Fórmula 1, pero el ajuste no es suficiente para salvar los equipos en crisis.

A partir de 2015, las escuderías no podrán utilizar más que cuatro motores por temporada, contra los cinco que pueden usar ahora, y cada vez que se use un motor nuevo de más se sancionará al infractor con una salida desde la última posición de la parrilla.

Por contra, si se superan los 20 Grandes Premios por curso, la cuota volverá a subir a cinco.

La FIA también ha aprobado la limitación del uso de los túneles del viento de 80 horas por semana a 65 horas por semana en una misma instalación. Esta medida realmente solo afectará a las escuderías más ricas como son Mercedes, Red Bull y Ferrari.

Los entrenamientos de pretemporada se reducirán a tres sesiones de cuatro días cada una en 2015, todas en Europa (este año se hicieron dos tandas en Bahréin), y a dos a partir de 2016.

Durante la temporada, no habrá más que dos tandas de dos días, ambas en el Viejo Continente, tras un Gran Premio, frente a las cuatro de este curso, y dos de esas cuatro jornadas de ensayos estarán reservadas a los pilotos más jóvenes.

Además, la FIA decidió que en la mayoría de los casos, tras la neutralización de una carrera por el coche de seguridad, se hará una nueva salida desde la parrilla, en lugar de relanzar el pelotón en marcha una vez se retire el coche de seguridad.

Las dos excepciones previstas para esta regla serán si el coche de seguridad sale en las dos primeras vueltas de la carrera o si quedan menos de cinco giros para el final del Gran Premio.

Por último, se incluyeron algunas modificaciones en el reglamento técnico, concernientes a las medidas de los monoplazas, para mejorar a la vez la seguridad y la estética, cambios en los discos de frenos y en el sistema de retención de las ruedas mal montadas en los boxes.