Hace un año que asumió como rey de España, Felipe VI, y desde ese momento ha impuesto su impronta personal con un nuevo estilo de carácter y determinación, enfocado a recuperar la imagen de la monarquía, afectada por escándalos. Prometió una Corona “honesta y transparente”. Y está cumpliendo su propósito de dar ejemplo de comportamiento y una gestión ejercida con decoro y honestidad. Y dispuesto a hacer lo que sea necesario para recuperar la confianza y el afecto de sus compatriotas hacia la monarquía.
En este propósito ha tomado quizá una de las decisiones más duras de su vida, como es la de despojar a su hermana, la infanta Cristina, del título de Duquesa de Palma, que le había otorgado su padre. La infanta va a ser juzgada por dos delitos fiscales en un caso de corrupción que involucra a su esposo, Iñaki Urdangarin. La revocatoria del fuero a la infanta Cristina es un hecho inédito en la historia de España.