Más allá del récord que marcó el martes el portero nacional Farid Mondragón, al ser el jugador de más edad en participar en un partido del campeonato mundial de fútbol, lo más emocionante terminó siendo la forma en que el público presente en el estadio en el que la selección Colombia se impuso 4-1 a Japón, así como los millones de aficionados al balompié no sólo en nuestro país sino en todo el planeta, reconocieron la trayectoria deportiva, el carisma y la calidad humana que siempre ha distinguido al guardameta caleño.
Mondragón ha pasado por muchas circunstancias en su larga carrera en el fútbol. Así como tocó el cielo con triunfos de valía, también sufrió derrotas dolorosas en sus equipos y el seleccionado colombiano. En uno y otro escenario demostró mesura, madurez, respeto y capacidad de esfuerzo hasta el último aliento. Hoy, por ejemplo, es visto como un faro de experiencia en el combinado patrio que está realizando una histórica presentación en el Mundial de Brasil.
De allí que lo más destacado del récord marcado y los homenajes al arquero nacional sea, precisamente, que reconocen la trayectoria deportiva y la calidad humana, algo que no todos pueden esgrimir al mismo tiempo.