Nuevamente las Farc aseguraron que no asesinaron a Alberto Uribe Sierra, padre del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe.
Ayer, desde La Habana (Cuba), el integrante de esta guerrilla, Jorge Torres Victoria, alias ‘Pablo Catatumbo’, dijo a RCN Radio que “lo que hemos dicho es que, aunque es doloroso recordar esos episodios, nosotros no matamos al papá de Uribe. Las Farc no mataron al padre del señor Uribe”.
‘Catatumbo’, quien es integrante del equipo negociador del grupo subversivo en las conversaciones de paz que sostienen con el Gobierno, señaló que las Farc no pueden asumir responsabilidades que no les corresponden.
“En este momento no hay una investigación seria y ni un fallo que diga que fuimos nosotros los que hicimos eso”, señaló.
El jefe subversivo expresó que precisamente los acuerdos de paz deben servir para esclarecer muchos de los hechos que se produjeron en el conflicto armado en Colombia. “Ante el país está abierta la posibilidad de que conozcamos toda la verdad a través de la comisión que se encarga de esos temas para poner en evidencia muchas de las circunstancias que ha generado la guerra, se trata de que la verdad juegue un papel fundamental en la reparación”.
Añadió ‘Catatumbo’, en declaraciones a El Espectador, que “nosotros no matamos al papá de Uribe. Eso es falso, nosotros no teníamos guerrilla por ahí. La hermana de Uribe contó que él llegó en un helicóptero, se escondió y empezó a dar bala. Si vamos a secuestrar a un tipo que llegó en un helicóptero, no le mandamos dos guerrilleros, ni bobos que fuéramos”.
En varias oportunidades las Farc han negado la autoría de este crimen. En 2007 en un comunicado el entonces número dos de esa organización delincuencial, alias ‘Raúl Reyes’, dijo que “esa versión fue inventada por el mandatario (Álvaro Uribe) para ganar la simpatía de Estados Unidos”.
El expresidente Uribe culpa a las Farc del crimen de su progenitor. Precisamente en su libro 'No hay causa perdida', indica que “mi padre fue asesinado en la tarde del 14 de junio de 1983 durante un intento de secuestro. Le dispararon dos veces; una en la garganta y otra en el pecho, el disparo que lo mató. Tenía 50 años. De acuerdo con los testimonios de nuestros vecinos y de los trabajadores de Guacharacas, el crimen fue cometido por cerca de 12 hombres del llamado frente 36 de las Farc. Esa noche creímos que los sicarios habían secuestrado a mi hermana, pero para nuestro alivio descubrimos que una profesora la protegió por varias horas; la lealtad hacia mi padre la llevó a arriesgar su propia vida. Santiago permaneció varios días en estado crítico en el hospital; fue un milagro que hubiera sobrevivido. Los criminales responsables del ataque nunca fueron capturados”.