Un plan para "atentar contra la vida" del expresidente Álvaro Uribe, a quien le será reforzada la seguridad, estaban preparando las Farc, según denunció ayer el Gobierno por boca del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
"Por instrucciones del presidente Juan Manuel Santos”, explicó Pinzón, “junto con el Director de la Policía, general Palomino, me reuní con el expresidente Álvaro Uribe, para informarle sobre un plan que se detectó para atentar contra su vida, por parte de la columna móvil Teófilo Forero de las Farc".
"El presidente Santos ordenó, que además del esquema de seguridad actual del expresidente Uribe y de su familia que compromete a cerca de 300 funcionarios, se haga todo lo necesario para garantizar la seguridad e integridad del exmandatario y protegerlo, así como llegar a los responsables de estas amenazas", añadió el funcionario.
“Hay que seguir”
Uribe, de 61 años de edad, reaccionó diciendo que "hay que seguir en esta lucha", en declaraciones a la prensa a la salida de una reunión política en Bogotá.
El exgobernante aseguró que no cambiará su agenda.
"La seguridad mía ha estado bien y no tengo sino gratitud con las Fuerzas Armadas. Y les tengo que decir a los colombianos que este país por la vía democrática, sin supeditarse al terrorismo, puede resolver todos los problemas sociales", anotó.
El exmandatario, cabeza de lista al Senado por su movimiento Centro Democrático, consideró que tendrá que ser más cuidadoso en sus desplazamientos, porque "hay un gran deber con la generosidad que los colombianos han tenido conmigo, ocho años presidente".
"Ya soy abuelo, pero todavía tengo bríos. ¿Cómo no gastármelos trabajando por nuestros compatriotas?", añadió.
Uribe le agradeció al presidente Santos, al ministro Pinzón y a las Fuerzas Armadas por haberle informado, indicando que no pedirá refuerzo en su esquema de seguridad.
"Doy las gracias a las Fuerzas Armadas que siempre me han protegido. Y gracias a Dios que siempre me ha protegido. Y siempre hay que pedir esa protección", añadió.
"Ustedes saben cómo soy de criticón. Yo, en esa parte, no tengo sino agradecimientos" con el Gobierno, sostuvo.
En la reunión mencionada por el ministro Pinzón, Uribe le habría dicho al alto funcionario y al general Rodolfo Palomino que “¿cómo le parece? A esas virgencitas son las que van a convertir en partido político armado, y si no son todavía partido político, mire lo que han hecho en Nariño: esta semana no dejaron que nuestra gente recogiera firmas y los sacan de los sitios con fusil en la nuca”./ AFP
Varios intentos
En 2002, durante su campaña presidencial, Uribe salió ileso de un atentado en Barranquilla.
Durante la posesión como jefe de Estado, el 7 de agosto de 2002, se presentó un ataque con morteros artesanales contra la Casa de Nariño.
En mayo del 2012, el exministro Fernando Londoño sufrió heridas leves en un atentado a su carro blindado.
En mayo pasado, un juez argentino reveló que fue hallada y desactivada una bomba en el teatro Gran Rex de Buenos Aires dirigida contra Uribe, que tenía previsto dar allí una conferencia. El explosivo, aparentemente no era de gran poder y el exmandatario dictó su charla al día siguiente de ese descubrimiento.
Junto a estos hechos, se han revelado al menos tres montajes. Uno el 15 de junio de 2005, cuando agentes del DAS dijeron haber sido informados de que en el techo de una casa en Puerto Colombia, Atlántico, habían explosivos con el propósito de ser activados con el paso de la caravana presidencial de Uribe.
El 20 de septiembre de 2007, el alto comisionado para la paz Luis Carlos Restrepo afirmó que las Farc tenían preparado un plan para atentar contra Uribe en caso de un eventual encuentro en Pradera y Florida, Valle. Restrepo lo llamó el Plan Meteoro, que consistía en atacar la zona una vez Uribe y su comitiva llegaran.
El 10 de junio de 2008, otras vez el DAS informó que supuestamente había frustrado un atentado contra Uribe en Planadas, Tolima.
La columna Teófilo Forero es una de las más activas de las Farc. El pasado 1 de noviembre las Fuerzas Armadas crearon una unidad especial llamada Fuerza de Tarea Júpiter, cuya misión está centrada en combatirla y en capturar a su jefe Hernán Darío Velásquez, alias el Paisa, Oscar Montero o el paisa Oscar, por quien se ofreció una recompensa de casi 700.000 dólares. / AFP
Rechazo generalizado
El senador Juan Carlos Vélez, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), pero afín al Centro Democrático, le pidió “al ministro de Defensa que tenga en cuenta que aquí hay candidatos al Senado, a la Cámara, candidatos en regiones muy difíciles y que necesitan una protección especial porque esto ya no es solo contar el expresidente Uribe sino contra todo el Uribe Centro Democrático”.
“Ojalá que las Farc se den cuenta que este es un error gravísimo. Todo ese esfuerzo que están haciendo en La Habana con ese tipo de propósitos se va al suelo, se cae. Por eso hemos pedido que en este proceso de paz se le exija a las Farc cese de actividades criminales”, expresó.
El presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, del Partido Liberal, calificó la noticia de "muy grave".
"Hay que esperar los detalles, de qué clase de atentado o de plan se trata. Pero de confirmarse, hay que exigirle a los negociadores en La Habana que le den una explicación al país", dijo Cristo en una primera reacción ante la prensa.
El senador huilense Hernán Andrade, del Partido Conservador, calificó como gravísima esta situación y celebró el hecho de que las Fuerzas Militares hayan detectado a tiempo las intenciones de la guerrilla.
El exministro Antonio Navarro, hipotético precandidato presidencial de Alianza Verde, le dijo al Gobierno que había “que ponerse serio” con “los señores de las Farc”.
“Si ellos tienen alguna responsabilidad, deben darle la cara al país. De ninguna manera se pueden combinar conversaciones con atentados personales contra ningún dirigente colombiano”, precisó.
“Esto merece un rechazo enfático, sin ambages, sin matices”, aseguró.
El senador John Sudarsky, precandidato presidencial de la Alianza Verde, consideró que "sería fatal que los negociadores de la guerrilla no tengan control sobre sus milicias y permitieran este tipo de acciones que terminan por quitarle confianza al proceso de paz"
Para Clara López, presidenta del Polo Democrático, “hay que verificar si fue un plan confirmado. Es muy lamentable porque el atentado personal no tiene cabida en ningún espacio de Colombia”.
El senador vallecaucano Roy Barreras, de La U, dijo que "en la guerra, los altos dirigentes son todos objetivos militares. Me parece que necesita mayor investigación esta noticia extraña. Amenazados por las Farc hemos estado todos los colombianos hace muchos años. Las amenazas no son nuevas. Hay que preguntar con más detalle de qué se trata ese atentado y qué tiene de distinto esas amenazas de seguridad que han tenido todos los expresidentes y muchos dirigentes durante todos estos años".
El senador nariñense Manuel Enríquez, también de La U, rechazó esta actitud de las Farc, que sumada a los atentados contra la infraestructura en Tumaco, para el congresista, generan incertidumbre frente a lo que se está negociando en Cuba.
ANÁLISIS
Farc y una ruleta rusa solitaria…
1. HARAKIRI SUBVERSIVO: si la guerrilla llegara a atentar contra el expresidente Uribe, ese hecho, más allá de los resultados del ataque, ya de por sí significaría un rompimiento automático del proceso de paz, pues al presidente Santos le resultaría imposible políticamente mantener la negociación. Uribe no sólo es un líder político de primer nivel, con gran arrastre popular, sino el principal flanco de oposición al proceso de paz y el principal opositor del Gobierno. Las Farc saben eso y es claro que si el Secretariado da el guiño para una acción terrorista de ese calibre, lo harían con un único y consciente propósito: levantarse de la mesa en La Habana y profundizar la guerra, teniendo en claro, eso sí, que difícilmente en próximos años algún gobierno en Colombia se atrevería a volver a plantear la posibilidad de un diálogo con la guerrilla.
2. EMPUJÓN AL URIBISMO: un atentado subversivo contra el uribismo de inmediato lo martirizaría políticamente, disparándolo sustancialmente en plena campaña electoral, lo que podría redundar no sólo en que la lista del exmandatario arrasara en la puja por el Senado, sino que la posibilidad de que su candidato presidencial ganara la Casa de Nariño aumentaría significativamente. El discurso del uribismo se radicalizaría aún más y mucha gente que hoy le da cierto margen de acción al proceso, lo cerraría de inmediato ante el temor de una andanada subversiva. Y todo ello jugaría en contra no sólo de la reelección de Santos, que hoy por hoy es la carta más segura para dar continuidad al proceso de paz, sino de su misma coalición parlamentaria, aquella que aprobó el Marco Jurídico para la Paz y que ahora deberá medírsele a temas tan espinosos como tramitar el texto del referendo por la paz, en donde se someterían a votación lo acordado en La Habana. Atacar a Uribe dispararía el No al referendo en las urnas.
3. ¿FISURAS EN LAS FARC?: no es la primera vez que se habla de que hay criterios encontrados entre la cúpula de la guerrilla que negocia en La Habana, bajo instrucciones del máximo cabecilla, alias Timochenko, y varios mandos medios (e incluso del llamado “Estado Mayor Central”) que combaten en Colombia. Se dice que éstos últimos no están muy de acuerdo con lo pactado hasta el momento, pues consideran que es poco lo ‘ganado’ por la guerrilla y, en consecuencia, piensan que se debe intensificar la ofensiva militar en Colombia para presionar más cesiones del Estado en la Mesa, sobre todo en materia de flexibilidad penal, acceso directo a instancias de poder y beneficios por desarme y reinserción al pie de fuerza subversivo.
4. ¿NO SE NEGOCIA EN MEDIO DE LA GUERRA?: es claro que el proceso de paz se está adelantando sin que medie un cese el fuego. Es más, hasta el propio Santos le ha ordenado a la Fuerza Pública que no baje la guardia y que si tiene oportunidad de abatir a un alto mando de las Farc debe hacerlo sin la menor duda. Esa orden ha generado más de un resquemor y protesta pública, tanto de los negociadores de la guerrilla como del propio Timochenko, quien dijo que esa clase de pronunciamientos no le hacían ningún bien al proceso de paz. La pregunta, entonces, es: ¿En medio de un proceso de paz sin que medie cese el fuego, puede Santos ordenar el ataque a un cabecilla de las Farc, pero éstas no atacar a quien consideran su más enconado enemigo?