El gobierno de Colombia acusó a la guerrilla comunista de las FARC de usar las negociaciones de paz para "hacer política", al reanudarlas este domingo, y la instó a "avanzar" en la búsqueda de acuerdos que permitan poner fin al conflicto armado en el país.
"Quiero recordar para qué estamos aquí dialogando en La Habana: este no es un proceso de conversaciones para que las FARC hagan política, sino para pactar el fin del conflicto", dijo ante la prensa el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, poco antes del inicio de las pláticas con la delegación de la guerrilla en el Palacio de las Convenciones de la capital cubana.
"Si pactamos un acuerdo final, podrán hacer política, sin armas, en democracia, una vez que se hayan desmovilizado", añadió De la Calle, al invitar al grupo rebelde a "avanzar de forma expedita en la construcción de acuerdos para poner fin al conflicto" armado colombiano de casi medio siglo.
Tras un receso de 19 días, el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia iniciaron este domingo su duodécima ronda de conversaciones de paz, centradas en el punto dos de la agenda sobre participación política, que contempla garantías para la guerrilla cuando deje las armas y medidas para su incorporación a la vida política en el país.
Por su parte, el grupo rebelde acusó al gobierno de Juan Manuel Santos de aplicar un doble rasero, pues mientras lanza "al mundo discursos de paz", persiste "en mantener y profundizar las causas de la confrontación, una de las cuales es sin duda el problema de la tenencia y uso de la tierra".
"De nada serviría hablar en La Habana de la limitación de la propiedad de tierra, del freno a su extranjerización, de su formalización a favor de los pobres y de la soberanía nacional, si el gobierno convierte lo acordado en palabras vacías que se las lleva el viento", dijo el guerrillero Andrés Paris, en un comunicado leído a la prensa.
El proceso de paz arrancó en noviembre de 2012 con una agenda de cinco puntos, que incluye el desarrollo rural (ya consensuado), la participación política, las drogas ilícitas, el abandono de las armas y la reparación a las víctimas.
Las FARC, la guerrilla más antigua de América Latina, llevan 49 años de lucha armada y cuentan con unos 8.000 combatientes.
AFP.