Farc deben convencer al país que quieren paz | El Nuevo Siglo
Viernes, 14 de Noviembre de 2014

 “El mundo de hoy no es el de hace 20 años, hoy no hay lugar a amnistías incondicionales. No habrá impunidad. El mundo de hoy no es el de 1991. Colombia tiene deberes de carácter internacional y dentro de esos estándares hay lugar a buscar espacios en el terreno. El tamaño de esos espacios depende hoy de las Farc, ellas no tienen que convencer a la delegación del Gobierno, sino al país, sin ambages. Es a la sociedad colombiana a la que deben convencer de que quieren entrar en la democracia”.

Así lo declaró ayer el exvicepresidente Humberto de la Calle, jefe de la delegación del Gobierno en los diálogos con las Farc, que junto al alto comisionado para la paz Sergio Jaramillo explicaron detalladamente los acuerdos logrados en La Habana e hicieron un llamado para resolver, de forma civilizada, las diferencias.

Jaramillo y de la Calle participaron con el fiscal Eduardo Montealegre y el procurador Alejandro Ordóñez en el foro Proceso de paz: ¿qué van a aprobar los colombianos y cómo?, realizado en la Universidad del Rosario. También tomaron parte del certamen el general (r) Jorge Enrique Mora y Frank Pearl, miembros del equipo negociador.

En la sesión de la mañana, de la Calle fue enfático en decir que no hay lugar a amnistías incondicionales. Sobre la justicia transicional aseguró que “esto no es sólo tragarse un sapo. Esto es un período transitorio para renovar la vigencia del Estado de Derecho para lograr superar un ciclo de violencia. Esto hay que ponerlo en un contexto más profundo, un contexto de reparación, bajo la sombrilla de que esto nunca más se repetirá”.

Enseguida hizo un nuevo llamado para debatir con argumentos lo que hasta hoy se ha hecho en La Habana: “Nosotros no buscamos unanimidades. Recibimos la crítica con profundo respeto, pero sin fraude, sin mentiras. El interés supremo está en la paz, pero sólo lograremos ese objetivo si somos capaces de tramitar de forma civilizada y limpia nuestras diferencias”.

Con él coincidió el comisionado Jaramillo, quien después de explicar ampliamente por qué con los acuerdos alcanzados no están en riesgo la propiedad privada ni el campo, dijo una vez más que la paz será un proceso complejo en el que todos los colombianos tienen que poner: “Lo más importantes es que en medio de estos disensos, en medio de esta polarización, es fundamental crear consensos mínimos sobre cómo es que vamos construir la paz”.

 

Pacto por la paz

Por su parte, Ordóñez empezó diciendo que “las Farc han sido reiterativas en negar su vinculación con el narcotráfico y su responsabilidad en la perpetración de crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio, al tiempo que siguen ejecutando actos terroristas, secuestros, asesinatos y reclutamiento de niños. Mientras desconocen su carácter victimario, siguen llenando de víctimas el suelo de Colombia”.

El jefe del órgano de control analizó nuevamente las sentencias de la Corte Constitucional frente a la imposibilidad de que crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad y genocidio sean considerados conexos a los delitos políticos, advirtiendo los riesgos de recientes y “preocupantes” propuestas del Gobierno nacional.

Reiterando la necesidad de que desaparezca del lenguaje oficial y social el concepto de “enemigos de la paz”, erróneamente atribuido a quienes manifiestan críticas constructivas al proceso, el procurador general de la Nación insistió en que penas privativas de la libertad, la verdad, y una reparación oportuna y eficaz a las víctimas de las Farc son las bases para que los colombianos tengamos una paz real y duradera. 

Aludiendo al reciente periplo del presidente Juan Manuel Santos, Ordóñez consideró que "como epílogo del viaje a Europa debieron pasar por La Habana y exigir a las Farc que reparen a las víctimas (…) Deben entregar la extraordinaria riqueza acumulada, y que tiene como origen el delito, para contribuir al resarcimiento de las víctimas”.

El procurador Ordóñez hizo un llamado a la convergencia nacional a través de un ‘Pacto por la Paz’, en el que críticos y partidarios del proceso puedan generar espacios de diálogo y garantizar que desde el respeto al ordenamiento jurídico nacional e internacional, la política gubernamental de paz se convierta en una política de Estado. 

“No se trata de convertir esos mínimos en un obstáculo. Es todo lo contrario. Es convertir la observación rigurosa de ese ordenamiento jurídico en la garantía para las Farc de que el acuerdo se cumplirá y en la base para que la sociedad lo respalde”.

 

Cierre definitivo

 

El fiscal Montealegre destacó en su intervención la importancia de un cierre definitivo, que no significa una ley de punto final, porque es un concepto muy cuestionado dado que fue el elemento que llevo a una amnistía.

“Pero sí se requiere un concepto diverso, que es un concepto de cierre definitivo del conflicto armado colombiano, con un concepto de cosa juzgada universal para todos los actores del conflicto”, precisó.

Montealegre dijo que eso implica que una vez hecha las investigaciones y las acusaciones e impuestas las sentencias, “tiene que haber un cierre definitivo de todos los procesos y todos los hechos”.

Frente al tema de los militares manifestó que “pueden entrar en justicia transicional, aunque hayan cometido delitos de lesa humanidad y crimines de guerra, casos de desaparición forzada. Son delitos que pueden entrar en la justicia transicional para los militares”.

El fiscal Montealegre recalcó que en principio pueden entrar las violaciones a los derechos humanos cometidos por los militares pero que tengan relación con el conflicto.

“La propuesta es que entren no todos los delitos cometidos durante el conflicto, sino que entren en el marco de la justicia transicional los delitos que tengan relación con el conflicto”.

Reiteró que los delitos que se excluyen son aquellos casos que se trató una ejecución extrajudicial, sin ninguna relación con el conflicto.

El fiscal concluyó diciendo que “se ha vuelto costumbre en el país estigmatizar a todos los que defendemos el proceso de la paz. Entonces, a las mentes progresistas, a las mentes que pensamos en una salida negociada al conflicto, los que no hacemos la apología a la guerra como la hace el procurador con sus propuestas, entonces nos llaman voceros de las Farc. Este es el mundo al revés”.