En un comunicado, leído por el comandante Marcos Calarcá, las Farc saludaron el foro "como un laudable esfuerzo de los sectores políticos, sociales y gremiales del país, por aportar luces, que nos permitan salir de la horrible noche de violencia antipopular que nos embarga desde hace más de 65 años".
Estos son apartes del comunicado leído por Marcos Calarca desde La Habana, Cuba donde está instalada la mesa de negociación con el Gobierno para ponerle fin al conflicto armado colombiano:
Han sido innumerables los esfuerzos de los distintos sectores de la sociedad colombiana por abrirse camino en busca del reconocimiento de sus seculares reivindicaciones y siempre sin falta, la carrera termina estrellándose o contra la muerte impune y otras formas de coacción e inmovilismo o, contra el infranqueable muro de la politiquería criolla, que sus inefables usufructuarios, con cierto cinismo quieren presentarnos como la “democracia más antigua del continente”.
Digámoslo de una vez, el sistema político y electoral colombiano está podrido, infestado de corrupción, trampas, fraude, clientelismo, mañas leguleyas, compra de votos, reparto de la torta burocrática y de los pocos bienes y servicios que presta el Estado, que son derechos ciudadanos, pero que en la actual pantomima se han convertido por arte de birlibirloque en migajas disfrazadas de “subsidios y ayudas’’ que obligatoriamente deben ser agradecidas con el voto en las urnas.
La convivencia democrática que permita desarrollar propuestas programáticas, sin los azares de la permanente amenaza sobre las vidas y la integridad física y moral de todos los asociados es posible, siempre y cuando se realicen una serie de reformas que desmonten el entramado de leyes represivas, coartadoras y antidemocráticas y aparatos creados ex-profeso, para contener la rebeldía de todo un país, y que se convierten en la actualidad en una barrera para el avance hacia una Colombia Nueva, en paz y desarrollo, que nos abrace a todos.
De lo que se trata es de generar un ambiente jurídico y político que posibilite que los sindicalistas, las organizaciones agrarias, los indígenas, las negritudes, las mujeres, los jóvenes y estudiantes, los partidos minoritarios, los defensores de DD.HH, los millones de colombianos que tienen derecho a expresar libremente sus opiniones, su sexualidad y orientación de género, los artistas, los ecologistas, la insurgencia y en últimas, las grandes mayorías nacionales, puedan ejercer su sagrado derecho y deber de construir una patria grande y justa donde quepamos todos. Todos ellos en sus distintas manifestaciones, movilizaciones y formas organizativas tienen mucho que decir y mucho que aportar en este empeño por construir democracia.