El apoyo para el desarrollo de una reforma rural integral que conduzca a la seguridad alimentaria nacional y con ella a la paz duradera anhelada por los colombianos fue reiterado por el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva.
Así se lo manifestó el dirigente global al viceministro de Desarrollo Rural, Juan Pablo Díaz-Granados, en un diálogo alterno a la Sesión Plenaria número 43 del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), reunido en Roma hasta el 21 de octubre.
Plantear directrices para la gobernanza de la tierra, la pesca y los bosques, incluidas en la política Colombia Siembra, fue el punto central que expuso Díaz-Granados en la plenaria.
“Lo que procura y buscamos con el desarrollo rural integral es llegar de manera articulada con toda la oferta institucional a los territorios en materia de vías, salud, educación, vivienda rural, proyectos productivos, asistencia técnica, acceso al crédito, que van a redundar en una ruralidad más competitiva”, precisó el viceministro Díaz-Granados en medio de su intervención.
El funcionario presentó los elementos de la política rural Colombia Siembra que han permitido resultados en el manejo de la tierra y la promoción de su productividad para la alimentación de los pueblos; componentes relacionados con el enfoque territorial, el desarrollo rural como proceso integral y el desarrollo agropecuario competitivo y ambientalmente sostenible.
“Los esfuerzos del país se enfocan en un nuevo campo colombiano a través de una Reforma Rural Integral, atendiendo uno de los principales retos, el tema del uso de la tierra, de su vocación y aptitud, de la alta concentración e informalidad en la tenencia, la baja provisión de bienes públicos rurales”, indicó el viceministro Díaz-Granados.
Esta cumbre, órgano rector del sistema de las Naciones Unidas en temas alimentarios, tiene este año el récord en asistencia de 1.400 participantes de estamentos de distintos países, entre ellos, Colombia con el Minagricultura. En conjunto, buscarán definir esfuerzos para definir sistemas alimentarios más duraderos, que soporten los cambios del clima y respondan a las necesidades nutricionales.
Para el 2030, esta Cumbre Alimentaria se ha propuesto establecer un sistema que permita la erradicación de la pobreza extrema, el hambre y todas las formas de malnutrición. Se ha logrado avanzar mesuradamente en el objetivo, teniendo en cuenta que más de la mitad de la población mundial sufre una de estas formas de malnutrición y el contexto cada vez es más adverso, por eso la urgencia de encontrar la alternativa y en el campo se encuentra buena parte de la respuesta.