Nadie se enteró del momento en que falleció, se dieron cuenta en la casa porque había dejado de mecerse y estaba totalmente morado, como consecuencia de un infarto.
Aprovechando las fiestas de San Juan y San Pedro que terminaron el pasado domingo, Liberio Trujillo de 58 años murió sentado en su silla mecedora después de consumir licor durante 16 días sin parar.