El ex presidente egipcio Hosni Mubarak fue declarado clínicamente muerto tras un ataque cerebral, anunció la agencia oficial Mena, pero una fuente médica afirmó que estaba en coma y que los médicos intentaban reanimarlo.
Hosni Mubarak, de 84 años, "está clínicamente muerto", indicó la agencia. "Fuentes médicas dijeron a Mena que su corazón dejó de latir y no respondió a la desfibrilación", agregó.
Pero un poco más tarde, una fuente médica indicó que estaba "en coma". "Los médicos intentan reanimarlo. Está con asistencia respiratoria", precisó.
El ex "Rais", condenado el 2 de junio a cadena perpetua por no haber impedido la matanza de 850 personas que participaban en la protestas a principios de 2011 provocando su derrocamiento, había partido poco antes desde la prisión de Tora, en el sur de El Cairo, adonde cumplía condena, hacia el hospital militar Maadi, a unos kilómetros de allí.
La agencia Mena informó horas antes que Mubarak fue víctima de un ataque cerebral luego de un rápido deterioro de su estado de salud.
"El corazón del expresidente Hosni Mubarak (...) se detuvo y recibió cuidados médicos utilizando un desfibrilador", indicó la agencia citando a fuentes de seguridad.
Mubarak había sido sometido a una desfibrilación en dos ocasiones el 11 de junio tras dos ataques cardíacos.
La salud de Mubarak, que gobernó Egipto durante más de 30 años, habría comenzado a declinar tras su encarcelación, fuentes de seguridad indicaron que sufría depresión aguda, que tenía dificultades respiratorias e hipertensión.
El anuncio de la degradación del estado de salud de Mubarak se produce cuando miles de egipcios manifiestan en la plaza Tahrir de El Cairo para denunciar el "golpe de Estado constitucional" de los militares en el poder, que acaban de arrogarse amplias prerrogativas que les permite controlar el país sea cual fuere el resultado de la elección presidencial.
Los dos protagonistas de la elección que culminó el domingo, el candidato de los Hermanos Musulmanes Mohamed Mursi y el ex primer ministro del presidente derrocado Hosni Mubarak, Ahmed Shafiq, aseguran, cada cual por su lado, haber ganado los comicios, cuyos resultados oficiales se conocerán el jueves.
Las manifestaciones fueron convocadas por organizaciones juveniles de militantes prodemocráticos y por la cofradía islámica de los Hermanos Musulmanes, primera fuerza política de Egipto y rivales históricos de los militares que dominan el sistema desde la caída de la monarquía en 1952.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), en el poder en Egipto desde la caída de Mubarak en febrero de 2011, anunció el lunes su voluntad de entregar el ejecutivo al futuro presidente antes de fin de mes.
Pero mantendrá el poder legislativo y controlará otros sectores institucionales en nombre de "un equilibrio de poderes".
En la práctica, el próximo jefe del Estado se encontrará en la incapacidad de implementar leyes sin la aprobación de los militares, que decidieron retomar el poder legislativo, tras la disolución de la Asamblea del Pueblo, dominada por los islamistas.
Esta disolución fue pronunciada el sábado por el ejército sobre la base de un dictamen judicial que invalida el modo de escrutinio de las legislativas celebradas de noviembre a enero pasados. No se espera que haya nueva Asamblea antes de fin de año.
Los Hermanos Musulmanes y los partidos de la corriente "revolucionaria", equipararon la disolución con un "golpe de Estado constitucional", en beneficio de los generales del CSFA que en la práctica convierte la presidencia en un envoltorio vacío.
El ejército se reserva también el derecho de intervenir en el proceso de redacción de la futura Constitución y mantendrá el control sobre el sistema represivo gracias a los servicios secretos y a la policía militar, autorizados a detener a los civiles.
Se reserva igualmente todas las cuestiones que le conciernen directamente, entre ellas el nombramiento o la revocación en el seno de su jerarquía, protegiéndose así de eventuales cambios promovidos por el futuro presidente.
Estas nuevas disposiciones están contenidas en una "Declaración constitucional complementaria" publicada el domingo por el CSFA, cuando terminaba la votación de la segunda vuelta de la presidencial.
Las prerrogativas legislativas, asumidas por el CSFA después de la caída de Mubarak, habían sido transferidas un año después al Parlamento resultante de las elecciones.
La disputa entre las dos partes se produce a dos días del anuncio oficial de los resultados de la presidencial egipcia, que dividió profundamente al país y que hace temer nuevas tensiones.
El candidato de los Hermanos Musulmanes proclamó el lunes su victoria en esta elección con un 52% de los votos.
Pero los partidarios de Shafiq aseguraron que éste encabezaba los resultados provisorios y acusaron a los islamistas de tratar de "robar" la presidencia.
Estados Unidos se declaró "profundamente inquieto" por las prerrogativas que se atribuyó la junta militar egipcia, y la Unión Europea llamó a respetar la transición democrática, estimando que la situación institucional y legal debería ser "clarificada lo antes posible".