Más popular que nunca, el ex presidente demócrata de Estados Unidos Bill Clinton (1993-2001) pondrá todo su peso en la balanza durante la convención nacional de su partido que arranca hoy para intentar ayudar a la reelección de Barack Obama en noviembre.
Su intervención está prevista para mañana en la noche, en uno de los discursos más esperados de la convención que arranca hoy en Charlotte (Carolina del Norte, sudeste).
Las relaciones entre ambos políticos se tensaron tras las feroces primarias demócratas de 2008 entre Barack Obama y su esposa Hillary Clinton. Pero en los últimos meses, la urgencia pasó a primar.
Dos meses antes de las elecciones presidenciales, Obama está prácticamente en un empate con el republicano Mitt Romney, según las últimas encuestas.
Desde hace prácticamente un año, Bill Clinton multiplicó sus intervenciones para respaldar al candidato 15 años más joven que él.
Lo acompañó en varias reuniones para recaudar fondos, como en junio en Nueva York, en las que no faltó oportunidad que le diera consejos; saludó en un documental difundido en marzo su decisión de lanzar un ataque contra Osama Bin Laden, líder de la red terrorista Al Qaida. Y desde hace dos semanas, se lo ve en propagandas televisivas ampliamente difundidas en estados clave que pueden ser decisivos en las elecciones de noviembre.
En la grabación, Clinton advierte a los estadounidenses contra lo que sería la política económica de Romney, vinculándola a los años de gobernanza de George W. Bush, "la que nos puso en el aprieto en que nos encontramos", y afirma que Barack Obama "es el mejor posicionado para restaurar el pleno empleo".
Clinton, infalible en las convenciones demócratas, interesa al equipo de campaña de Obama por varias razones.
Con 66 años, no perdió ninguno de sus talentos como orador. Su popularidad, algo diezmada durante su segundo mandato tras la relación descubierta con una joven pasante en la Casa Blanca, Monica Lewinsky, no hizo sino aumentar desde que dejó el gobierno: el 60% de los estadounidenses considera hoy que Clinton fue un presidente excepcional, según un sondeo de Gallup, contra 50% en 2009.
Entre los últimos mandatarios que gobernaron el país, sólo Ronald Reagan lo superó, con 69% de aprobación.
Y cuando defiende a Barack Obama como el hombre más capacitado para restaurar el pleno empleo, lo dice un gobernante que conoció bajo su mandato el mayor crecimiento económico en tiempos de paz, un equilibrio del presupuesto, la reducción del desempleo y de la inflación. También había dejado un superávit presupuestario de 236.000 millones de dólares para el año 2000.
"El desempleo estaba en menos de 4%", recuerda también Robert Shapiro, experto en la Universidad de Columbia en Nueva York.
Bill Clinton, subraya Georgia Kenrell, experta de la Northwest University, "sabe explicar a los electores los asuntos económicos de manera clara y comprensibles" y "establecer un vínculo con su vida cotidiana".
Obama, con la economía como talón de Aquiles tras un desempleo en 8,3% y una deuda de 16 billones de dólares, recuerda al ex mandatario en sus discursos de campaña resuelto a adoptar un "nosotros" para destacar el balance económico de los años de Clinton.
"El presidente Clinton gobernó durante el mayor crecimiento económico en la historia de Estados Unidos, adoptando a menudo las mismas políticas que el presidente Obama propone e implementa hoy", insistía recientemente Antonio Villaraigosa, el alcalde de Los Ángeles.
Clinton "también era capaz de conectarse con gente ordinaria, entre ellos los votantes blancos" modestos, agrega Shapiro.
Hoy, estos mismos votantes se inclinan más por Romney, razón por la cual se cuenta con Clinton para intentar recuperar este electorado./AFP