El expresidente catalán Artur Mas está cerca de ser juzgado por desobediencia por organizar en 2014 una consulta ilegal sobre la independencia de esta región española, después de que el juez cerrara este martes la instrucción descartando archivar la causa.
En su auto, el juez instructor asegura que "no ha lugar a decretar el sobreseimiento" y pide "continuar la tramitación de la causa contra el señor Artur Mas" y dos miembros de su antiguo gobierno "por los presuntos delitos de desobediencia y prevaricación administrativa".
Además, insta a la fiscalía y a la acusación particular a solicitar la apertura del juicio oral contra los tres investigados en un plazo de diez días.
Presidente de esta rica región nororiental entre 2010 y 2016, Mas impulsó en noviembre de 2014 una consulta simbólica sobre la independencia de esta región a pesar de que ésta había sido ilegalizada por el Tribunal Constitucional español.
Más de 2,3 millones de personas sobre un censo estimado en seis millones participaron en la votación —un 80% a favor de la secesión— y fue celebrada como un gran éxito entre los independentistas que llevaban años reclamando sin éxito a Madrid un referéndum de autodeterminación.
La fiscalía se querelló contra Artur Mas, su vicepresidenta Joana Ortega y la responsable de Educación de su gobierno, Irene Rigau, por delitos de desobediencia, prevaricación, malversación y usurpación de funciones.
En septiembre de 2015, el juez tomó declaración al presidente catalán, que se declaró "máximo responsable" de esta controvertida consulta y calificó su investigación como una "causa política".
Aun así, aseguró no haber organizado directamente la consulta sino que simplemente impulsó su celebración delegando su ejecución en miles de simpatizantes presentados voluntariamente.
"Bajo la cobertura de que la actuación se llevaba a cabo exclusivamente por los voluntarios, se negaron abiertamente (...) a dar cumplimiento al mandato del Tribunal Constitucional", que había prohibido la consulta entiende el juez, rechazando el archivo pedido por la defensa.
Tras la celebración de esta consulta y la imposibilidad de organizar un referéndum legal por la negativa de Madrid, Mas convocó en septiembre de 2015 unas elecciones regionales centradas en la independencia.
Los independentistas ganaron por mayoría absoluta y Mas prometió iniciar un proceso unilateral de 18 meses para separarse de España.
Sin embargo, en enero se vio forzado a renunciar a la presidencia y dejar su puesto a su compañero de partido Carles Puigdemont para que la izquierda radical independentista aceptara dar su apoyo a este proyecto.