El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó el miércoles que redoblará esfuerzos para celebrar una reunión de paz sobre Siria, y anunció que su enviado especial, Lahdar Brahimi, viajará a la región para sostener conversaciones con responsables del gobierno de Damasco.
Además, Naciones Unidas nombró el miércoles a la holandesa Sigrid Kagg para dirigir la misión de la ONU encargada de eliminar el arsenal químico de Siria.
Mientras tanto, en Siria, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) indicó el miércoles que sus inspectores realizaron verificaciones en 11 instalaciones declaradas por Damasco, en el marco del acuerdo internacional para destruir el arsenal químico sirio.
La OPAQ, que el viernes pasado fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz, también afirmó que se destruyeron equipos de producción en seis de estas instalaciones
Crece la violencia en Siria
Entre tanto, al menos 21 personas murieron el miércoles cuando una mina estalló bajo el vehículo en que viajaban en el sur de Siria, en momentos en que la ONU y EEUU presionan a las partes para sentarse a negociar.
La deflagración que mató a más de 20 personas, entre ellos cuatro niños y seis mujeres, ocurrió cerca de Derr, en el sur de Siria, cuna de la rebelión contra el régimen de Bashar al Asad, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres.
En esa zona se encuentra un batallón del ejército "sitiado por los rebeldes", agregó la fuente, que indicó que los "militantes acusan a las tropas del régimen de haber colocado explosivos" en las carreteras.
En el norte del país, al menos 41 combatientes murieron el martes en enfrentamientos entre kurdos y miembros del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) y el Frente Al Nosra, dos grupos yihadistas afiliados a Al Qaida.
Desde hace meses, los Comités de Protección del Pueblo (YPG, principal milicia kurda en Siria) defienden su territorio en la provincia petrolera de Hasaka, de donde se retiró el ejército, frente a los grupos radicales que intentan apoderarse de él, según el OSDH.
En un conflicto cada vez más complejo, los grupos yihadistas luchan al mismo tiempo contra el régimen sirio, los otros rebeldes moderados y los kurdos para controlar regiones e imponer su interpretación fundamentalista del islam.
EEUU quiere que oposición negocie
En este contexto de violencia, que ha cobrado ya más de 115.000 vidas desde el inicio del conflicto, Estados Unidos - que apoya a la oposición - está intentando persuadir a una organización clave de los opositores sirios a que participe en las previstas conversaciones de paz en Ginebra.
El Consejo Nacional Sirio, el principal grupo de la Coalición Nacional Siria, dijo el domingo que no asistirá a esa conferencia en Ginebra, y aseguró que abandonaría esa coalición si ésta lo hacía.
Esta decisión asesta un golpe serio a la credibilidad de las negociaciones convocadas por Washington, que apoya a la oposición, y Moscú, que respalda a Damasco.
"Seguimos presionando a la oposición para que esté representada en la conferencia de Ginebra", declaró" el martes la portavoz del departamento de Estado Jen Psaki.
La llamada II Conferencia de Paz de Ginebra fue fijada inicialmente para mayo, pero luego fue postergada varias veces debido a pugnas en el seno de la oposición y disputas acerca de qué países debían tener un lugar en la mesa de negociaciones.
Además, decenas de grupos rebeldes del sur de Siria rechazaron el miércoles la autoridad de esta Coalición Nacional que agrupa a la oposición. Así, unos 70 grupos rebeldes que luchan contra el ejército leal al presidente sirio en el sur del país afirmaron en un video que no reconocían "a ningún grupo que pretenda representarnos".
"Retiramos nuestro reconocimiento a cualquier grupo que pretende representarnos", afirmó el portavoz de esos grupos.
Este anuncio se produjo tras el categórico rechazo a la coalición opositora de parte de los 13 principales grupos de la rebelión, a principios de setiembre. /AFP