Las autoridades indicaron no descartar ninguna pista, sin abrir por ahora formalmente un procedimiento por ataque terrorista.
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Al menos 10 personas resultaron heridas este miércoles en la explosión de un artefacto artesanal en un supermercado de San Petersburgo (noroeste), la segunda ciudad de Rusia, y las autoridades abrieron una investigación por "tentativa de homicidio".
"Una detonación tuvo lugar hacia las 18H30 (15H30 GMT) en un supermercado en la avenida Kondratiev en San Petersburgo", indicó un comunicado de la policía.
La explosión se produjo a cuatro días de fin de año, el momento en que empieza el periodo de fiestas para los rusos, antes de la Navidad ortodoxa, el 7 de enero. También coincide con un momento de creciente preocupación sobre el posible regreso de los yihadistas que combatieron en Siria e Irak.
"Diez personas fueron hospitalizadas, su vida no está amenazada", precisó un responsable del Comité de Investigación local, Alexander Klaus, citado por las agencias TASS e Interfax.
De las 10 personas hospitalizadas, seis estaban consideradas en estado "medio" y cuatro en estado "satisfactorio", precisó en Twitter la vicegobernadora de la ciudad Anna Mitianina.
En un comunicado, el Comité de Investigación anunció la apertura de una investigación por "tentativa de homicidio".
Poco después añadió que la explosión la había provocado "un artefacto explosivo artesanal de una potencia equivalente a 200 gramos de TNT". "La investigación examina todas las hipótesis posibles", destacó.
Las autoridades indicaron no descartar ninguna pista, sin abrir por ahora formalmente un procedimiento por ataque terrorista.
Según una periodista de la AFP en el lugar, el establecimiento no había sufrido daño alguno.
"¡Qué horror! Justo cuando la gente hace sus compras ante de las fiestas", lamentó en el lugar Galina Gustova, de 58 años.
¿Regreso de yihadistas?
San Petersburgo sufrió un atentado en el metro que provocó 16 muertos y decenas de heridos el pasado 3 de abril, y que fue reivindicado por un grupo poco conocido vinculado a la red Al Qaida.
A mediados de diciembre, los servicios de seguridad rusos anunciaron haber desmantelado una célula del grupo yihadista Estado Islámico (EI) que se disponía a cometer atentados el día 16 en San Petersburgo, concretamente en la turística catedral de Nuestra Señora de Kazán.
El presidente ruso Vladimir Putin llamó entonces a su homólogo estadounidense Donald Trump para "agradecerle" las informaciones transmitidas por la CIA, que permitieron desbaratar los ataques.
Rusia fue amenazada en varias ocasiones por el grupo EI y por la rama siria de Al Qaida desde el inicio de su intervención militar en Siria, el 30 de septiembre de 2015.
Después de que Putin anunciara, a mediados de diciembre, una retirada parcial de las tropas rusas de Siria, los servicios de seguridad dijeron temer una llegada de yihadistas desde el país en guerra.
Casi 4.500 ciudadanos rusos partieron al extranjero para combatir "junto a los terroristas", indicó a mediados de diciembre el director del FSB, los servicios de seguridad rusos, Alexander Bortnikov.
El responsable indicó que en cinco años se juzgó en Rusia a más de 9.500 personas "por crímenes vinculados con el terrorismo o el extremismo".
A los rusos que partieron a combatir en Irak y Siria --la mayoría procedentes de las inestables repúblicas musulmanas del Cáucaso--, se añaden varios miles de combatientes procedentes de Asia central, que representan una importante diáspora en Rusia.
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