La seguidilla de cese de actividades en diferentes sectores de la producción y del servicio público que ha tenido que enfrentar el gobierno Santos en sus dos administraciones es, a juicio de algunos, la muestra que de a poco en el país está echando raíces la idea en la población que son necesarias las vías de hecho para lograr las más inmediatas reivindicaciones.
En el segundo semestre de 2013 Colombia sufrió las consecuencias del paro agrario en 12 regiones del país, el cual presentó una réplica corta en 2014. También el año pasado los empleados del sector justicia suspendieron labores por más de 90 días paralizando casi la totalidad de la rama. En tanto que en 2015 ya pararon los maestros y camioneros.
Sin embargo, otros piensan que los constantes paros en el país son el lógico resultado de una deuda social que los diferentes gobiernos aún no han terminado de pagar, a pesar de los avances que se ha experimentado en materia social y reducción de la pobreza.
Para otros, los paros ya no son solo propiedad de los sectores más necesitados sino que una clase media que va en aumento debido a la reducción de la pobreza exige mayores derechos.
En ese sentido, el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Guillermo Botero, consideró que “en la medida que la pobreza se está superando y la clase media ha venido creciendo significativamente, el derecho a la protesta va a aumentar. Y hay una cantidad de personas que han venido ingresando a una nueva vida totalmente diferente a la anterior y consideran que tienen mayores derechos. Y en ese orden de ideas la protesta es un asunto que se irá acentuando en el curso de los próximos años. En la medida en que vaya desapareciendo la pobreza y la pobreza extrema, encontraremos muchos más niveles de protesta, es apenas consecuente con una clase media que cada día está aumentando”.
Por otra parte, el representante a la Cámara por Risaralda e integrante de la Comisión Séptima que se ocupa de los asuntos laborales, Didier Burgos Ramírez, consideró que solo una combinación de factores podría explicar el estallido de paros en el país.
“Lo primero es que la gente tiene confianza en que este es un país que da garantías a la protesta, le da garantías a todos los sectores de la sociedad: los trabajadores, los empresarios, los empleadores, los empleados públicos y privados. Es decir que este es un país en donde la gente sabe que por protestar no va a ser violentada”.
Añadió que “también hay otra circunstancia que combina las cosas y son los temas políticos, un año en donde normalmente los sindicatos y algunos actores sociales utilizan los momentos de elección para llamar la atención”.
Tampoco hay que descartar, dijo Burgos, que existe una coyuntura “porque el país está avanzando en un proceso de paz” y ante el mensaje de unidad que el Presidente de la República lanza en favor de este propósito, también se aprovecha “la oportunidad para ser más exigente con el Gobierno”.
Pero además la protesta ha sido pan de cada día en el país. “No hay un gobierno donde los maestros no hayan parado”, recordó el Legislador.