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Una comisión internacional de expresidentes anunció ayer que iniciará gestiones para un diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición que busca sacarlo del poder, ante la grave crisis que sacude a Venezuela.
"Voy a pedir a la comunidad internacional que respalde este objetivo de un gran diálogo nacional y que podamos tener en un plazo razonable una agenda", declaró el expresidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien encabeza la misión.
Las gestiones de los expresidentes, a instancias de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), surgen en momentos en que en Venezuela sube la tensión por los intentos de la oposición -que controla en Parlamento- para activar un referendo revocatorio contra Maduro, en medio de un creciente malestar social por la escasez de productos básicos y los altos índices de criminalidad.
La misión que visita Venezuela, en la que también están Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá), se reunió la noche del miércoles con Maduro y ayer con dirigentes de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
"Es un camino largo, duro y difícil", agregó Rodríguez Zapatero.
La oposición reclama al Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusan de servir al gobierno, acelerar la revisión de un mínimo de 200.000 firmas -exigidas por ley- de las 1,8 millones que entregaron el 2 de mayo como requisito para activar el referendo.
La MUD presiona para que el revocatorio sea en 2016 y se convoque a elecciones, pues si se hace después del 10 de enero próximo -cuando se cumplen cuatro años del actual mandato- y Maduro pierde, los dos años restantes los completaría el vicepresidente, designado por el mandatario.
Según la encuestadora Datanálisis, 70% de los venezolanos apoya un cambio de gobierno. Para revocar a Maduro, la oposición necesita una votación de más de 7,5 millones de sufragios con los que fue elegido el gobernante en abril de 2013.
El miércoles, los opositores exigieron el revocatorio con protestas en 23 ciudades, que dejaron una treintena de detenidos y siete policías heridos.
El músculo armado
De otro lado, bajo estado de excepción, 519.000 militares y milicianos harán ejercicios de defensa hoy y mañana, calificados por el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino, "sin precedentes" por su "alcance y naturaleza".
"Este ejercicio no es para causar ninguna alarma en el país", manifestó el ministro, quien lo justificó en el hecho de que "Venezuela en este momento está amenazada".
El politólogo Benigno Alarcón, de la Universidad Católica Andrés Bello, estimó que esos "grandes despliegues militares" buscan generar "temor" en la gente: "Hacerlos con la excusa de las amenazas externas es una buena manera de demostrar que se tiene el músculo armado", afirmó.
Tras las protestas, Maduro advirtió que tiene "listo" un decreto de "conmoción interior" si ocurren hechos "golpistas violentos", lo cual implicaría restricciones a las libertades civiles.
Aunque las protestas no fueron multitudinarias, en la calle aumenta el malestar ante la dramática escasez de comida, y el costo de la vida, pues el país petrolero tiene la inflación más alta del mundo (180,9% en 2015 y proyectada por el FMI en 700% para 2016).
"Esta situación la veo muy crítica, pareciera que no tiene arreglo. Yo firmé (para pedir el referendo), pero no fui a la protesta. Mejor me quedo resguardada", dijo una empleada doméstica de 55 años, quien pidió el anonimato.
Aún está fresco el recuerdo de las manifestaciones de 2014 -cuando murieron 43 personas- convocadas por el líder opositor radical, Leopoldo López, condenado a 14 años de prisión.
En el foco internacional
Maduro sostiene que la oposición busca justificar una intervención de Estados Unidos, para lo cual pretende generar violencia, propagar la idea de que en Venezuela hay una "crisis humanitaria", y hace lobby en el exterior.
Una comisión de diputados pidió ayer en Washington al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, invocar con "urgencia" la Carta Democrática Interamericana, mecanismo para casos de ruptura del hilo democrático en alguno de sus Estados miembro.
El miércoles, en un fuerte cruce de declaraciones, Almagro aseguró que Maduro será un "dictadorzuelo" si bloquea el referendo, tras lo que el presidente lo llamó "basura".
Al reaccionar a esa polémica, el expresidente de Uruguay (2010-2015), José Mujica, quien fue muy cercano al chavismo, aseguró que Maduro está "loco como una cabra".
Para el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, la "única manera" de superar la crisis es un revocatorio; en tanto que el líder del partido de izquierda radical español Podemos, Pablo Iglesias, dijo estar preocupado por una Venezuela "cercana al enfrentamiento civil"./AFP