Los precios de los boletos para los juegos del Campeonato Brasileño-2013 son "exorbitantes", sobre todo si se disputan en los estadios del Mundial-2014, criticó este jueves el ministro de Deportes, Aldo Rebelo.
"Los precios son exorbitantes, hubo un juego entre Santos y Flamengo (en el estadio Mané Garrincha de Brasilia) en el que la entrada más barata costaba 180 reales", casi 80 dólares al cambio actual, criticó el responsable en una conferencia por internet. "Eso es inadmisible", siguió.
Varios juegos del Campeonato Brasileño, el más importante del país, se celebran en los seis estadios terminados para la pasada Copa Confederaciones de junio, aún cuando no hayan equipos de la primera división en esas ciudades.
Aún faltan seis estadios por terminar, que deben ser entregados en diciembre para hacer pruebas de cara a la Copa del Mundo.
El Flamengo, por ejemplo, ha disputado cuatro fechas del torneo en el Mané Garrincha de la capital brasileña, donde tiene una gigantesca hinchada, a falta de grandes clubes.
Los nuevos estadios cumplen con los parámetros de la FIFA con sillas numeradas y sin áreas populares como la llamada "geral" ("general" en su traducción del portugués), popular en el mítico Maracaná de Rio, que consistía en un foso sin sillas cerca del campo, donde se pagaba un real para entrar o nada una vez comenzado el partido.
Algunos movimientos sociales aseguran que la eliminación de estas zonas y la entrega de los estadios en concesión a privados hace que el deporte sea un asunto elitista.
"Está bien que haya boletos más caros porque hay servicios en los estadios que los organizadores cobran, pero estoy a favor del subsidio cruzado, o sea, que las entradas más caras ayuden a subsidiar a las más baratas para que el fútbol no pierda su esencia, su naturaleza, que es la proximidad al pueblo", consideró Rebelo.
En el Maracaná de Rio, donde juegan los clubes cariocas, la entrada más barata son 80 reales (unos 36,3 dólares). Antes de la reforma costaba unos 30 reales, pues la 'geral' desapareció en la remodelación para los Juegos Panamericanos-2007.
"Quien habla bien de la 'geral' nunca vio un juego ahí. Quien lo veía el juego en la 'geral' sinceramente prefería ver el juego cómodo sentado en una silla. Claro, siempre que pudiera pagar por un lugar en la silla, que no es lo que viene pasando ahora", insistió el ministro.