Transcurridas casi tres décadas del crimen, la justicia pudo avanzar sólo después de que un exconscripto que era parte de la patrulla militar rompió lo que sería un "pacto de silencio" entre ellos y narró al juez todo lo sucedido.
La justicia había cerrado el caso en los noventa con un solo militar condenado por negligencia, asumiendo la versión de que ambos se habían quemado tras el estallido de una bomba incendiaria artesanal.
"A lo mejor llevaban algo oculto y se les reventó", comentó en esa época Pinochet.
Pero en 2013 el caso se volvió a abrir -por una nueva querella presentada por familiares- y casi dos años después los sindicados como los verdaderos responsables fueron detenidos y procesados por la justicia.
"Hay información, hay antecedentes y datos que permiten poder procesarlos por homicidio calificado en el caso de Rojas de Negri y de Carmen Gloria Quintana, por homicidio calificado pero frustrado", explicó este viernes el juez Carroza.
"Estamos satisfechos con la resolución", afirmó Francisco Ugpás, secretario del programa de Derechos Humanos del gobierno.