Con una colocación de US$1.265 millones, el debut del Grupo Aval en la Bolsa de Valores de Nueva York tuvo un buen comienzo, tras el toque de la campana en la apertura de la jornada de negociaciones por parte del presidente de la Junta Directiva del mayor conglomerado financiero colombiano, Luis Carlos Sarmiento.
Junto con el presidente ejecutivo del Grupo, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, se oficializó la colocación de 1.874'074.100 acciones preferenciales, en forma de American Depositary Receipts (ADR) Nivel III en el principal mercado bursátil del mundo.
A través de un documento se informó que “la emisión fue suscrita a un precio de US$13,50 por ADR. El ADR de Grupo Aval comenzará a negociarse en la Bolsa de Valores de Nueva York a partir del 23 de septiembre de 2014 bajo el símbolo AVAL”.
Al medio día, la acción subía 1,33% al cotizarse en US$13,68, lo cual fue considerado por Sarmiento Gutiérrez como “un sueño cumplido de varios años, en lo que hemos querido darle más liquidez a la acción”.
Ante los medios de comunicación resaltó que la intención es tener una base mayor de accionistas, “incluyendo accionistas institucionales, sofisticados, de muchas partes del mundo, como efectivamente ingresaron a la compañía”, por lo que se fortalecerá la base de capital del grupo.
Repercusiones tributarias
Al referirse al buen momento por el que pasa la economía del país y las consecuencias de la desaceleración en Suramérica dijo que “tenemos una inercia propia y que no estamos tan dependientes de las otras economías latinoamericanas, creo que estamos en un momento muy propicio para escribir hacia adelante nuestra propia historia económica”.
Sin embargo, “hay un déficit fiscal que hay que cerrar. Toca tener mucho cuidado cómo se cierra, para que no vayamos a caer en la trampa de simplemente gravar más a los mismos capitales, porque al final del día son esos capitales los que aportan la base tributaria del país”.
Tema directamente relacionado con la reforma tributaria que se avecina, ante lo que consideró “evidente que los colombianos tenemos que hacer un esfuerzo para aumentar la carga de impuestos para soportar las nuevas necesidades del presupuesto, pero he hecho algunas objeciones porque el impuesto al patrimonio es desproporcionado”.
Insistió en que resulta casi evidente que el impuesto al patrimonio tendría un efecto contradictorio en la economía, “grave, a mi manera de ver porque un inversionista cualquiera si de entrada el Gobierno le dice si trajo 100 pesos, déjeme 9 que son míos y vea cómo trabajan los 91 que le quedan. Con esas reglas de juego será muy difícil mejorar la inversión extranjera en Colombia”.
Al plantear la búsqueda de otras alternativas, anotó que el impuesto a la renta podría ser una opción, “hay muchas fórmulas de conseguir los recursos y esa sería una. También sería prudente que hubiera una revisión de los impuestos presupuestales que han venido aumentando de una manera exagerada”.
Un posible impuesto a los dividendos no sería una buena alternativa pues “el impuesto en parte se grava a la compañía y en parte a los accionistas, de manera tal que yo creo que si se llegaran a gravar los dividendos en Colombia tendrían que necesariamente reducir la base gravable de las compañías que producen precisamente esos dividendos”.
Cabe recordar que entre los asistentes estuvieron sus miembros Diego Solano, vicepresidente Financiero; Tatiana Uribe, vicepresidenta de Planeación Financiera y de Relación con Inversionistas, y Mauricio Maldonado, vicepresidente de Estrategia.