“Éxito de sustitución de cultivos ilícitos no se mide por hectáreas” | El Nuevo Siglo
Martes, 15 de Marzo de 2016

Durante la sesión de hoy de la Comisión de Estupefacientes, el viceministro de Justicia, Carlos Medina, señaló que la mejor forma de luchar contra los cultivos ilícitos es fomentar el desarrollo en las regiones cocaleras. Al tiempo, indicó que aunque aún existen cultivos ilícitos en muchas de ellas, también es evidente la voluntad de los campesinos por abandonar la ilegalidad.

 

“Debemos reconocer que hemos invertido importantes recursos y hecho enormes sacrificios para contener y reprimir los síntomas de este problema, pero frecuentemente hemos pasado por alto las verdaderas causas. Cuando nos hemos propuesto transformar los territorios afectados disminuyendo sus vulnerabilidades y trabajando de la mano con las comunidades, no solo hemos obtenido mejores resultados, sino que nuestras intervenciones han resultado más sostenibles”, afirmó.

 

Según el alto funcionario, impulsar proyectos que generen desarrollo, proteger a las comunidades y devolverles la seguridad a las zonas afectadas por cultivos ilícitos son la primera condición para recuperarlas, pues “la contención de los fenómenos criminales solo tiene sentido si se traduce en el aumento del bienestar de los ciudadanos”.

 

Durante un panel sobre desarrollo alternativo, el viceministro Medina fue enfático en señalar que las medidas para impulsar el desarrollo alternativo no pueden ser aisladas, sino que debe haber una intervención integral del Estado que tenga en cuenta diferencias y contextos regionales, que sea socialmente aceptada, que aproveche el conocimiento de las comunidades y que sea económicamente viable.

 

De acuerdo con el alto funcionario, el desarrollo alternativo ha sido pieza fundamental de la estrategia para responder al problema de las drogas en el país, y hoy 175.000 familias de 362 municipios se han favorecido con  estos programas.

 

“Podemos decir que el desarrollo alternativo ha contribuido con el 54% del cacao sembrado en Colombia, el 40% de las plantaciones de caucho, el 25% de la palma de aceite y el 18% de maderables sostenibles del bosque. Estas intervenciones han permitido conservar 1,2 millones de hectáreas de bosques y capturar 123.000 toneladas de carbono”, explicó.

 

Para el viceministro, la reducción de cultivos ilícitos funciona mejor cuando es voluntaria y se hace con colaboración de las comunidades. “Se trata de construir el Estado en estas regiones, de restablecer los lazos de confianza con la ciudadanía y de integrar territorios que se encuentran apartados del desarrollo. De ahí que el éxito no pueda ser medido por el número de hectáreas sino por el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas que están expuestas a la economía ilegal de las drogas”, puntualizó.