A un mes del inicio del Mundial, Brasil lanzó el lunes una nueva campaña de turismo destinada a más de mil millones de personas, mientras aclara que las anunciadas protestas contra la Copa no arruinarán el espectáculo.
"Tenemos un sello único de hospitalidad", dijo el ministro de Turismo, Vinicius Lages, al presentar la campaña que encabeza la oficina brasileña de promoción del turismo, Embratur.
La campaña tendrá a la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río como trampolín para el crecimiento del turismo a largo plazo en un país de dimensiones continentales y que recibió a seis millones de visitantes extranjeros en 2013.
La Copa del Mundo (12 de junio al 13 de julio) busca captar unos 600.000 extranjeros y tres millones de visitantes nacionales en 12 ciudades.
Aunque las protestas del año pasado contra los altos gastos para la Copa del Mundo han empañado los preparativos, los videos promocionales que lanzó Embratur muestran a un Brasil como "la tierra de la felicidad".
Lages y el presidente de Embratur, Vicente Neto, insistieron en que cualquier protesta social contra la Copa del Mundo no interferirá con el evento, y aclararon que las manifestaciones son un derecho ciudadano y señal de que se vive en una sociedad democrática.
Lages dijo que la "increíble mezcla de culturas" de Brasil no sólo es un beneficio para los turistas extranjeros, sino que también es una "oportunidad para que los mismos brasileños conozcan su propio país".
"Los visitantes tendrán la oportunidad de conocer un país muy especial. Nos tomamos muy en serio la celebración aquí", dijo Lages, al presentar un anuncio dirigido a 113 países.
El ministro admitió que la campaña de este año no va a cambiar necesariamente el volumen de turismo pero sí busca influir en el perfil del visitante.
Lages y Neto dijeron que sondeos realizados después de la Copa Confederaciones del 2013 -donde 1 millón de personas salió a las calles a protestar- demostraron que muchos turistas visitaron lugares más allá de las sedes de los partidos y expresaron su interés en volver, pese a las manifestaciones.
Sin embargo, las agencias de viajes brasileñas han expresado recientemente su preocupación de que la demanda de visitantes podría ser menor en medio de los altos precios del alojamiento y pasajes aéreos.
Hay pocas alternativas al transporte aéreo si se tiene en cuenta las distancias que separan a la mayoría de las sedes de la Copa del Mundo.
No obstante, están apareciendo formas alternativas de hospedaje, incluyendo hoteles y alojamientos en favelas de Rio de Janeiro, por ejemplo, lo que ha llevado a algunos hoteles a aplicar descuentos.