El ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato, compareció este jueves en la Audiencia Nacional ante el juez encargado de la instrucción de una demanda contra el banco, símbolo en España de los excesos de la burbuja inmobiliaria.
Rodrigo Rato llegó en un automóvil oscuro ante la puerta del tribunal, se bajó y entró discretamente en el edificio mientras decenas de manifestantes le increpaban y le gritaban "dónde está nuestro dinero".
Rato permaneció "tranquilo" delante del juez, según una fuente presente en la declaración, pero "no tanto" como ante el Congreso de los Diputados, donde compareció en julio, afirmando que había actuado "correctamente" en su gestión del cuarto banco español.
Este jueves descargó la responsabilidad del fiasco de Bankia sobre el Banco de España y sobre el endurecimiento de las normas bancarias impuestas por el actual Gobierno conservador, así como el anterior Ejecutivo socialista.
Según la misma fuente, Rato afirmó que nuevas exigencias de capital propio precipitaron la entrada en Bolsa de Bankia, en julio de 2011, añadiendo que si le hubiera competido solo a él, no habría realizado la entrada en Bolsa en el momento en que se hizo, en una situación económica "muy complicada".
"Rato a la cárcel, ¡que paguen la crisis los que la han creado!": Con este lema, el movimiento de los 'indignados' esperaba a las puertas de la Audiencia Nacional -principal instancia penal española- para recibir al que fuera ministro de Economía con el Partido Popular (PP).
Decenas de personas se reunieron, ante la policía y las cámaras de fotos y televisión de prensa, con pancartas donde se leía "Rato ladrón al paredón", "Bankia-Estafa" o "Somos ahorradores, no inversores. No a la quita", en una imagen con las estrellas de la Unión Europea (UE), y uno de ellos llegó con una pequeña guillotina de madera ante el tribunal.
Alabado por su gestión económica del país entre 1996 y 2004, este descendiente de una familia adinerada encarna a ojos de los manifestantes los problemas del sector financiero español, arrasado por su exposición al sector inmobiliario y fragilizado por el control de responsables políticos en las cajas de ahorro.
Entre los manifestantes, algunos con caretas de Rato, Clemence Cohen, de 40 años, contaba que le habían "estafado". "Me ofrecieron acciones y ya sabían cómo estaba la situación, ya sabían el agujero que había", protestaba.
Golpeando cacerolas y pitando con silbatos, un grupo de pequeños accionistas esperaban desde por la mañana ante la Audiencia Nacional. Se trata de afectados por pérdida de dinero invertido con las participaciones preferentes en Bankia, que pedían su dinero a las puertas del tribunal.
El 'escándalo de las preferentes' se levantó en los bancos y cajas españolas al demandar algunos clientes su dinero por considerar que no fueron bien informados, que hubo "mala praxis", en palabras del ministro de Economía español, Luis de Guindos, o que el producto fue comercializado de forma irregular.
La justicia española anunció el 4 de julio pasado la apertura de una causa contra Bankia, su matriz BFA y 33 responsables del banco, Rato entre ellos, acusándoles de estafa, apropiación indebida, delitos contables, falsedad documental y administración desleal.
Un total de cuatro demandas fueron presentadas contra el banco, surgido a finales de 2010 de la unión de siete cajas de ahorros en dificultades, la más antigua de las cuales era Caja Madrid, y sus dirigentes, por el partido centrista UPyD, el grupo de extrema derecha Manos Limpias, el colectivo Democracia Real Ya y los 'indignados'.
La fiscalía anticorrupción española ya abrió una investigación preliminar sobre eventuales fraudes cometidos en la creación de Bankia y su introducción en bolsa.
El banco, que entró en bolsa en julio de 2011 al precio de 3,75 euros por acción, vio el valor de sus títulos dividido por tres en menos de un año.
Rato es el último de los 33 responsables que comparecen ante el juez de instrucción desde el 5 de noviembre pasado.
Afirmando que Caja Madrid "lideró con éxito la mayor operación de integración financiera de España" y que Bankia podría de aquí a 2015 "consolidarse como uno de los cuatro líderes financieros" españoles, Rodrigo Rato dimitió de la presidencia de la entidad el 7 de mayo pasado.
Dos días después, el Gobierno anunciaba su nacionalización parcial y luego una inyección necesaria de 19.000 millones de euros para salvar Bankia, aparte de los 4.500 millones ya previstos, un rescate histórico en España.
El rescate de Bankia empujó a España a pedir en junio una ayuda más amplia para sus bancos en la zona euro, de un máximo de 100.000 millones de euros, de los que solo Bankia recibirá casi 18.000 millones.
Tras esta petición, el país se vio sometido durante semanas a una enorme presión de los mercados, que esperaban una petición de rescate global de la cuarta economía de la zona euro.
AFP