La justicia francesa condenó el viernes al excapitán ruandés, Pascal Simbikangwa, a 25 años de cárcel por genocidio y crímenes contra la humanidad, en un fallo histórico a sólo semanas del 20º aniversario de la masacre de 1994.
El exoficial de la guardia presidencial, de 54 años de edad, actualmente parapléjico como consecuencia de un accidente de tráfico sufrido en 1986, fue declarado culpable de genocidio y de complicidad por crímenes contra la humanidad, tras un juicio de seis semanas.
"El hecho de que niegue haber visto cadáver alguno, a pesar de sus múltiples desplazamientos, revela su voluntad de minimizar su papel y disimular el absoluto conocimiento que tenía del genocidio que se desarrollaba ante sus ojos", consideró el tribunal en su sentencia.
Para ello Simbikangwa distribuyó armas entre los milicianos Interahamwe, que habían plantado barricadas en la capital Kigali y "dio instrucciones para que los (miembros de la etnia) Tutsi fueran sistemáticamente ejecutados en el terreno", continúa.
Sin embargo, el condenado lanzó al jurado unas últimas palabras en su defensa: "la autenticidad de mi inocencia no tiene más necesidad de pruebas".
Su defensa anunció que prevé apelar esta sentencia y denunció que se trataba de un juicio poltico, como ya lo había afirmado en su rogatoria. "Evidentemente se trata de un juicio político, (las motivaciones del mismo) siguen la requisitoria palabra por palabra, es un dogma, se trata de la palabra dada por el fiscal general, entonces se siguió un dogma, y hubo una decisión casi religiosa", fustigó como en un alegato Fabrice Espstein, uno de sus abogados.
La fiscalía había pedido cadena perpetua contra un hombre al que describió como un "genocida negacionista", acusado de haber incitado, organizado y ayudado a cometer las masacres que dejaron 800.000 muertos entre abril y julio de 1994, montando retenes y armando a los milicianos apostados en ellos.
En ese breve lapso, las milicias hutus masacraron principalmente a tutsis, aunque también a otros hutus moderados.
Sus abogados habían pedido la absolución de su cliente, denunciando una instrucción "floja" y un juicio "político", que respondería al acercamiento entre París y Kigali después de tres años de ruptura de las relaciones diplomáticas, entre 2006 y 2009.
Durante años, las autoridades ruandesas tutsis han acusado a Francia de haber apoyado a los genocidas.
Pascal Simbikangwa fue detenido en octubre de 2008 en la isla francesa de Mayotte, en la que vivía con un nombre falso desde hacía tres años. La justicia francesa se negó a extraditarlo a Ruanda, como lo había hecho siempre hasta ahora en casos similares./AFP