El emisario internacional Lakhdar Brahimi se quedará hasta el sábado en Damasco para intentar aplicar un plan internacional para salir de la crisis, pero los principales grupos de oposición siguen rechazando cualquier solución que no pase por la salida del presidente Bashar Al Asad.
En este día de Navidad, el papa Benedicto XVI exhortó este martes a los beligerantes sirios a hacer que "cese el derramamiento de sangre", a facilitar la ayuda a los desplazados y a alcanzar "una solución política al conflicto" que en mas de 21 meses ha dejado unos 44.000 muertos.
Por su lado, en Manama, los dirigentes de las monarquías petroleras del Golfo hicieron un llamamiento para acelerar la transición política en Siria, e instaron a la comunidad internacional a "actuar rápidamente para poner fin a las matanzas.
Según un responsable de la oposición siria tolerada, Hasan Abdel Azim, que dirige el Comité de coordinación para el cambio nacional y democrático (CCCND), Brahimi, emisario de la ONU y de la Liga Árabe, se queda en Siria hasta el domingo para intentar aplicar un "consenso internacional" que acabe con la crisis.
El emisario dejó el hotel el martes por la tarde para mantener una entrevista de la que no quiso dar precisiones a los periodistas.
El CCCND agrupa a partidos "nacionalistas árabes", kurdos, socialistas y marxistas. Cercano a Rusia, rechaza cualquier intervención militar extranjera en Siria, y no se ha sumado a la Coalición de la oposición.
"La única salida es un gobierno transitorio, que tenga todos los poderes y que conduzca al país a buen puerto (...) La solución política es la única salida y ello pasa por la constitución de un nuevo régimen en lugar del régimen actual", según Raja Al Nasser, secretario del buró ejecutivo del CCCND.
Según informaciones publicadas el lunes por el diario francés Le Figaro, existiría un acuerdo entre rusos y estadounidenses para constituir un gobierno de transición manteniendo a Bashar Al Asad hasta el fin de su mandato en 2014, pero con la imposibilidad de que se vuelva a presentar al cargo. Estas filtraciones suscitaron la cólera de los combatientes rebeldes.
Los comités locales de coordinación (LCC), que agrupan a los militantes que combaten al régimen, afirmaron el martes en un comunicado que "rechazan cualquier iniciativa que obligaría a los sirios a elegir entre un compromiso injusto o la continuación de los crímenes por parte del régimen".
Insisten en el hecho de que "Asad y todos los responsables políticos, militares y de seguridad deben abandonar el poder", y rechazan un eventual inmunidad que sería otorgada a los pilares de este régimen.
Los Hermanos Musulmanes, que representan una preponderante fuerza en la oposición, coinciden en esta posición y aluden a un "complot" contra el país.
"Responsabilizamos al Consejo de Seguridad (de la ONU) y a todas las organizaciones internacionales de los crímenes contra l humanidad cometidos por Bashar Al Asad y sus secuaces", añaden en un comunicado en el que rechazan "todos los informes internacionales que presentan a la revolución bajo el prisma de la confesión" religiosa.
Brahimi dijo el lunes esperar que "todas las partes estén a favor de una solución que reúna al pueblo sirio", y que la situación en Siria "sigue siendo preocupante.
En los campos de batalla, proseguían los combates en torno a la capital, y se produjo un bombardeo aéreo cerca de Duma, en los suburbios del norte de Damasco.
En ALepo también la aviación bombardeó un escuela donde se hallaban rebeldes, según el Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Las violencias dejaron el lunes 126 muertos, entre ellos 56 civiles, 45 soldados y 25 rebeldes, según un balance de esta ONG.