La coalición árabe liderada por Arabia Saudí en Yemen advirtió el viernes que estaba perdiendo la paciencia ante las reiteradas "violaciones" por los rebeldes chiitas hutíes de la tregua humanitaria en ese país, que la ONU exhortó a respetar.
El alto el fuego, que entró en vigor por cinco días renovables, está destinado a permitir el transporte de ayuda humanitaria a una población carente de todo.
La tregua fue una iniciativa de Arabia Saudí, líder de una coalición árabe que lanzó el 26 de marzo una campaña aérea para tratar de impedir que los rebeldes chiitas se hicieran con el control total de Yemen, país vecino del reino saudí.
La coalición detuvo sus bombardeos, pero acusa a los hutíes --que están apoyados por Irán-- de haber bombardeado a las fuerzas saudíes en regiones fronterizas y de haber llevado a cabo "movimientos de tropas, operaciones militares y ataques con cañones de tanque y obuses contra zonas residenciales en siete provincias, incluida Adén", en el sur de Yemen.
Los rebeldes hutíes "continuaron [el jueves], por segundo día consecutivo, violando la tregua" vigente desde la noche del martes, señaló la coalición en un comunicado.
En su comunicado, la coalición asegura que quiere "hacer que funcione la tregua humanitaria" pero "advierte también a los milicianos chiitas y sus aliados que la mesura y el respeto de la tregua no durarán mucho tiempo si los milicianos siguen violándola".
- Favorecer el diálogo -
"Hemos dicho que íbamos a respetar la tregua, a condición de que los huties lo hagan. Desgraciadamente no es el caso", dijo el ministro saudí de Exteriores, Adel al Jubeir.
Por su parte, el nuevo enviado especial de la ONU, Ismail Ould Cheik Ahmed, en su primera visita a Saná desde su nombramiento en abril, se declaró "muy inquieto por las violaciones de la tregua humanitaria".
Ahmed indicó que se había reunido en Saná con dirigentes de partidos políticos y representantes de la sociedad civil, para alentar un "retorno al diálogo entre los yemenitas".
Apoyados por militares fieles al expresidente yemení Ali Abdalá Saleh, los hutíes lanzaron en julio de 2014 desde su feudo de Saada (norte) una ofensiva que les permitió apoderarse de amplias zonas del centro y el oeste de Yemen, incluida la capital Saná, en enero.
Luego se dirigieron hacia Adén, en el sur, obligando al presidente Abd Rabbo Mansur Hadi y la mayoría de sus ministros a hallar refugio en Arabia Saudita.
- Apoyo de EEUU -
El gobierno yemení en el exilio no ha cesado de denunciar "las injerencias de Irán en Yemen".
Irán, que reconoce que apoya políticamente a los hutíes, siempre ha negado estar entregando armas a los rebeldes.
El reino sunita saudí, al lanzar la campaña aérea en Yemen, intenta contrarrestar la influencia en la región de su gran rival chiita iraní.
Con motivo de una cumbre en Camp David, Estados Unidos y los países del Golfo denunciaron las "actividades desestabilizadoras de Irán" en Medio Oriente.
Estados Unidos está preparado para ayudar a "disuadir y confrontar una amenaza externa contra la integridad territorial de todo Estado del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo)", aseguró el presidente estadounidense Barack Obama.
El conflicto en Yemen ha provocado una grave crisis humanitaria en el país, donde al menos 1.578 personas han muerto y 6.504 resultaron heridas desde el comienzo de los bombardeos, según un balance difundido el miércoles por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tras detenerse los bombardeos aéreos de la coalición árabe, varios barcos con ayuda humanitaria atracaron en Yemen y varios aviones de ONG aterrizaron en el aeropuerto de Saná.