Eurozona, bajo presión para contener la crisis | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Octubre de 2011

Los ministros de Finanzas de la Eurozona trataban de poner a punto el segundo plan de ayuda a Grecia y el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), en una jornada marcada por una nueva caída de los mercados financieros.

Grecia ha vuelto a suscitar los peores temores en las Bolsas mundiales al anunciar el domingo que solo podrá reducir el déficit público este año hasta el 8,5% del PIB, pese a que el objetivo inicial era del 7,4%.
Las principales Bolsas europeas registraron fuertes pérdidas. Fráncfort lideró las pérdidas 2,28%, seguida de Madrid con 2,26%, París 1,85%, Milán, 1,31% y Londres 1,03%, en la estela de las asiáticas.
Por su parte, el euro cayó por debajo de los 1,33 dólares, su nivel más bajo desde enero, y el petróleo también perdía terreno.
Sin embargo, Atenas trata de hacer todo lo que puede para cumplir las exigencias de los acreedores, pese al creciente descontento social.
El proyecto de presupuesto para 2012, entregado al Parlamento, contempla una nueva contracción del Producto Interno Bruto para el próximo año del 2,5%.
Con todos estos esfuerzos, Atenas espera la entrega en octubre de 8.000 millones de euros, correspondientes al sexto tramo del primer plan de ayuda concedido el pasado año, para evitar la bancarrota.
La prensa baraja varias posibilidades: el FEEF podría transformarse en banco y abastecerse en el Banco Central Europeo (BCE) sin límites.
Asimismo, podría desempeñar el papel de seguro para los tenedores de títulos de deuda y cubrir sus pérdidas hasta un máximo del 20-25% si el Estado cayera en impago, o incluso servir de garantía para las compras de deuda pública efectuada por el BCE.
Los ministros de Finanzas intentan suprimir los obstáculos que retrasan la aplicación del segundo plan de ayuda al país, decidido en julio, de unos 109.000 millones de créditos internacionales, a los que se sumará por primera vez la contribución de los bancos acreedores.
Este plan tropieza sobre todo con la exigencia de Finlandia de obtener garantías a cambio de nuevos préstamos y las reticencias de Eslovaquia para reforzar el FEEF.
AFP